sábado, 7 de junio de 2008
POLITICA SOCIAL URIBE
La educación es el "punto modular" de la política social: Uribe
Cartagena, 11 jul (SNE). El presidente Álvaro Uribe Vélez destacó que el eje estructural de su política social ha sido la Revolución Educativa, desarrollada en los últimos cinco años y que ha mostrado resultados en cobertura, calidad e investigación."El punto modular de nuestra política social es la educación. Hemos venido haciendo un gran esfuerzo en todas sus expresiones (básica, media y superior)", aseveró el Jefe del Estado, durante la inauguración del Primer Encuentro Internacional de Becas Líder en Cartagena.El Mandatario enunció los logros y avances que ha tenido el sistema educativo colombiano, durante su administración.En educación básica se pasó del 87 al 94 por ciento de cobertura. "Aspiramos en 2010 lograr el ciento por ciento de cobertura", dijo. En cuanto a educación media se busca lograr más de un 80 por ciento en cobertura.Con un 22 por ciento de cobertura en educación universitaria, se pasó al 29 por ciento y se aspira al final de la administración tener una cobertura del 34 por ciento.Recordó que los profesores se han elegido por concurso de méritos, y no discrecionalmente: "Este Gobierno ha aplicado los primeros concursos para la selección por mérito de los profesores".En educación superior se introdujeron los Exámenes Ecaes, que miden la calidad con que salen preparados de las universidades los nuevos profesionales, y se instaló el Observatorio Laboral de Egresados.En cuanto a formación vocacional, se pasó de formar un millón 100 mil estudiantes por año, a más de cuatro millones.El Jefe del Estado indicó que bajo el liderazgo de la ministra de Educación, Cecilia María Vélez White, se introdujo la formación por ciclos, conectando los ciclos técnico, tecnológico y superior.El Gobierno aspira que el 70 por ciento de la población escolar cuente con una mejor conectividad en el 2010, y tener un millón 200 mil estudiantes en ambiente virtual de formación.Uribe Vélez manifestó que la inversión en política social ha tenido un mayor crecimiento: "Ya hemos logrado que la educación participe en un cinco por ciento de nuestro producto".Recordó que con la aprobación de la reforma a las transferencias, el Gobierno Nacional podrá lograr las metas fijadas en educación y salud.El evento de inauguración del Primer Encuentro Internacional de Becas Líder contó con la participación de los ex presidentes colombianos Belisario Betancur Cuartas y Andrés Pastrana Arango, el ex presidente español Felipe González, la directora de la Fundación Carolina, María Rosa Conde, y el delegado del Banco Santander, Francisco Luzón, entre otros.
La educación es el “punto modular” de la política social: Uribe;SNE
Cartagena, 11 jul (SNE). El presidente Álvaro Uribe Vélez destacó que el eje estructural de su política social ha sido la Revolución Educativa, desarrollada en los últimos cinco años y que ha mostrado resultados en cobertura, calidad e investigación."El punto modular de nuestra política social es la educación. Hemos venido haciendo un gran esfuerzo en todas sus expresiones (básica, media y superior)", aseveró el Jefe del Estado, durante la inauguración del Primer Encuentro Internacional de Becas Líder en Cartagena.El Mandatario enunció los logros y avances que ha tenido el sistema educativo colombiano, durante su administración.En educación básica se pasó del 87 al 94 por ciento de cobertura. "Aspiramos en 2010 lograr el ciento por ciento de cobertura", dijo. En cuanto a educación media se busca lograr más de un 80 por ciento en cobertura.Con un 22 por ciento de cobertura en educación universitaria, se pasó al 29 por ciento y se aspira al final de la administración tener una cobertura del 34 por ciento.Recordó que los profesores se han elegido por concurso de méritos, y no discrecionalmente: "Este Gobierno ha aplicado los primeros concursos para la selección por mérito de los profesores".En educación superior se introdujeron los Exámenes Ecaes, que miden la calidad con que salen preparados de las universidades los nuevos profesionales, y se instaló el Observatorio Laboral de Egresados.En cuanto a formación vocacional, se pasó de formar un millón 100 mil estudiantes por año, a más de cuatro millones.El Jefe del Estado indicó que bajo el liderazgo de la ministra de Educación, Cecilia María Vélez White, se introdujo la formación por ciclos, conectando los ciclos técnico, tecnológico y superior.El Gobierno aspira que el 70 por ciento de la población escolar cuente con una mejor conectividad en el 2010, y tener un millón 200 mil estudiantes en ambiente virtual de formación.Uribe Vélez manifestó que la inversión en política social ha tenido un mayor crecimiento: "Ya hemos logrado que la educación participe en un cinco por ciento de nuestro producto".Recordó que con la aprobación de la reforma a las transferencias, el Gobierno Nacional podrá lograr las metas fijadas en educación y salud.El evento de inauguración del Primer Encuentro Internacional de Becas Líder contó con la participación de los ex presidentes colombianos Belisario Betancur Cuartas y Andrés Pastrana Arango, el ex presidente español Felipe González, la directora de la Fundación Carolina, María Rosa Conde, y el delegado del Banco Santander, Francisco Luzón, entre otros.
La educación es el “punto modular” de la política social: Uribe;SNE
PATIDOS CONSERVADOR Y LIBERAL
PARTIDOS POLÍTICOS
Durante el siglo XX, Colombia vivió, de forma consuetudinaria, una constante y pertinaz violencia política, ello debido a la lucha de poder que, desde el nacimiento del país como república, sostuvieron los dos partidos tradicionales: el Partido Liberal y el Partido Conservador, quienes defendían ideologías políticas que hoy en día se consideran casi totalmente superadas.
El sistema de partidos en Colombia siempre ha sido dirigido por las elites políticas; han sido partidos burgueses que basan su organización en un sistema de comités pequeños (directorios), los cuales son descentralizados e independientes entre sí. Los partidos políticos en Colombia no buscan la adhesión oficial de las grandes masas sino de selectos grupos de personas.
En cada partido existe una directiva a escala nacional que, en algunos casos, asume un carácter plural y, en otros, personal. Tradicionalmente, en el país, los partidos han tenido jefes únicos, algunos de los cuales han sido considerados jefes naturales, pues han tenido una tradición familiar de corte partidista y profundamente vinculada a uno u otro partido.
El Directorio Nacional Conservador y la Dirección Nacional Liberal poseen una organización permanente, la cual no pierde contacto con los congresistas o funcionarios públicos de alto rango pertenecientes a cada uno de los partidos; además, intervienen en la mediación de conflictos, principalmente en aquellos de carácter regional.
En los Departamentos, la dirección de los partidos recae sobre los directorios departamentales, que también cuentan con jefes que son líderes políticos de la región o dueños de grandes industrias o tierras ubicadas en la zona. Los directorios son escogidos por convenciones departamentales.
Los municipios son reflejo de lo que ocurre a nivel nacional y departamental; los dirigentes de los partidos políticos son aquellos que guardan lealtad a los jefes departamentales (los popularmente llamados "jefes", "gamonales", "tenientes" o "caciques". Gracias a ellos es más fácil para los partidos obtener los votos del pueblo para las distintas elecciones que se realizan en el país.
En Colombia, los partidos Liberal y Conservador siempre han participado en el ejercicio del poder, aunque siempre han pretendido excluir casi por completo al otro, lo que ha conducido a que la violencia se enseñoree en casi todo el territorio colombiano. La única época en que se logró una conciliación de voluntades frente al ejercicio del poder fue durante el Frente Nacional, con el cual los partidos Liberal y Conservador hicieron un pacto para alternarse el poder y, así, reducir de manera significativa la violencia bipartidista en Colombia.
Desde finales de la década de los ochenta y durante toda la década de los noventa, Colombia ha sufrido una gran transformación en lo que a los partidos políticos se refiere; el bipartidismo ha quedado a un lado y las nuevas fuerzas políticas (llamadas "independientes") han capturado al electorado, haciendo rediseñar a los partidos tradicionales sus formas de captación de votos y de representación.
En la Biblioteca virtual puede obtener más información sobre este tema en:
Los partidos políticos en Colombia. Estudio histórico-político En este capítulo del libro Orígenes de los partidos políticos en Colombia (Jorge Orlando Melo, compilador), Tomás Cipriano de Mosquera analiza histórica y socialmente los partidos políticos colombianos
Los partidos políticos en Colombia En este capítulo del libro Orígenes de los partidos políticos en Colombia (Jorge Orlando Melo, compilador), José María Samper analiza la genealogía de los partidos que se han disputado el poder en nuestro país durante el siglo XIX.
Ideas fundamentales de los partidos políticos en la Nueva Granada En este capítulo del libro Orígenes de los partidos políticos en Colombia (Jorge Orlando Melo, compilador), Manuel María Madiedo expone los antecedentes de la política colombiana.
Algunos factores de violencia en el sistema político colombiano 1930-1986 Artículo de Medófilo Medina sobre los factores de violencia que se anidan en la naturaleza del sistema político colombiano. En: Anuario colombiano de historia social y de la cultura, núm. 13-14, 1985-1986.
El proyecto de reforma constitucional conservadora de 1953 en Colombia Artículo de James Henderson sobre la reforma de 1953. En: Anuario colombiano de historia social y de la cultura, núm. 13-14, 1985-1986.
El 9 de abril y su contexto internacional Artículo de Pierre Gilhodes sobre la influencia que tuvo el 9 de Abril de 1948 en la historia mundial. En: Anuario colombiano de historia social y de la cultura, núm. 13-14, 1985-1986.
Acerca de las interpretaciones socioeconómicas de la política en la Colombia del siglo XIX: variaciones sobre un tema Ensayo de Frank Safford sobre las interpretaciones socioeconómicas de la política del siglo XIX en Colombia. En: Anuario colombiano de historia social y de la cultura, núm. 13-14, 1985-1986.
El gaitanismo y la insurrección del 9 de abril en provincia Ensayo de Gonzalo Sánchez G. sobre los hechos del 9 de abril y su resonancia en la provincia. En: Anuario colombiano de historia social y de la cultura, núm. 10, 1982.
Antecedentes sociales de la revolución de 1851 en el sur de Colombia (1848-1849) Ensayo de J. León Helguera sobre la revolución conservadora de 1851. En: En: Anuario colombiano de historia social y de la cultura, núm. 5, 1970.
El debate electoral de 1941. Elecciones para Cámara y Asambleas Artículo de Medófilo Medina sobre los partidos políticos en Colombia y el debate electoral de 1941. En: Anuario colombiano de historia social y de la cultura, núm. 15, 1987.
Lleras Restrepo y él liberalismo moderno Gerardo Molina expone el pensamiento liberal de este político colombiano.
Modelos para leer las listas electorales Reseña de José Ernesto Ramírez sobre la tesis doctoral de Thomas Michael Wilson, titulada: Fraccionalismo y partidos políticos en Colombia.
La crisis en los partidos colombianos Esta monografía titulada La crisis en los partidos Colombianos, escrita por Rodrigo Timarrán, pretende demostrar que la crisis en la democracia representativa es consecuencia de la crisis en los partidos tradicionales.
Los partidos políticos en la Nueva Granada Documento redactado por Mariano Ospina Rodríguez.
La secta Radical En este capítulo del libro Orígenes de los partidos políticos en Colombia (Jorge Orlando Melo, compilador), Manuel María Madiedo expone las principales ideas del radicalismo, facción del Partido Liberal colombiano del siglo XIX.
Escuela liberal En este capítulo del libro Orígenes de los partidos políticos en Colombia (Jorge Orlando Melo, compilador), Manuel María Madiedo expone las principales ideas del liberalismo en la Nueva Granada.
Escuela conservadora En este capítulo del libro Orígenes de los partidos políticos en Colombia (Jorge Orlando Melo, compilador), Manuel María Madiedo expone las principales ideas del conservatismo en la Nueva Granada.
Orígenes de los partidos políticos en Colombia Edición electrónica de este libro compilado por Jorge Orlando Melo, en donde escriben ideólogos políticos colombianos del siglo XIX como José María Samper y Manuel María Madiedo
Historia de la revolución del 17 de abril de 1854 Texto de Venancio Ortiz que hace referencia de todos los detalles históricos y políticos que desencadenaron la revolución de 1884.
El mito del partido liberal Reseña de Cesar Augusto Ayala Diago sobre el libro La revolución liberal. Un proyecto político inconcluso, de Hernando Agudelo Villa.
Durante el siglo XX, Colombia vivió, de forma consuetudinaria, una constante y pertinaz violencia política, ello debido a la lucha de poder que, desde el nacimiento del país como república, sostuvieron los dos partidos tradicionales: el Partido Liberal y el Partido Conservador, quienes defendían ideologías políticas que hoy en día se consideran casi totalmente superadas.
El sistema de partidos en Colombia siempre ha sido dirigido por las elites políticas; han sido partidos burgueses que basan su organización en un sistema de comités pequeños (directorios), los cuales son descentralizados e independientes entre sí. Los partidos políticos en Colombia no buscan la adhesión oficial de las grandes masas sino de selectos grupos de personas.
En cada partido existe una directiva a escala nacional que, en algunos casos, asume un carácter plural y, en otros, personal. Tradicionalmente, en el país, los partidos han tenido jefes únicos, algunos de los cuales han sido considerados jefes naturales, pues han tenido una tradición familiar de corte partidista y profundamente vinculada a uno u otro partido.
El Directorio Nacional Conservador y la Dirección Nacional Liberal poseen una organización permanente, la cual no pierde contacto con los congresistas o funcionarios públicos de alto rango pertenecientes a cada uno de los partidos; además, intervienen en la mediación de conflictos, principalmente en aquellos de carácter regional.
En los Departamentos, la dirección de los partidos recae sobre los directorios departamentales, que también cuentan con jefes que son líderes políticos de la región o dueños de grandes industrias o tierras ubicadas en la zona. Los directorios son escogidos por convenciones departamentales.
Los municipios son reflejo de lo que ocurre a nivel nacional y departamental; los dirigentes de los partidos políticos son aquellos que guardan lealtad a los jefes departamentales (los popularmente llamados "jefes", "gamonales", "tenientes" o "caciques". Gracias a ellos es más fácil para los partidos obtener los votos del pueblo para las distintas elecciones que se realizan en el país.
En Colombia, los partidos Liberal y Conservador siempre han participado en el ejercicio del poder, aunque siempre han pretendido excluir casi por completo al otro, lo que ha conducido a que la violencia se enseñoree en casi todo el territorio colombiano. La única época en que se logró una conciliación de voluntades frente al ejercicio del poder fue durante el Frente Nacional, con el cual los partidos Liberal y Conservador hicieron un pacto para alternarse el poder y, así, reducir de manera significativa la violencia bipartidista en Colombia.
Desde finales de la década de los ochenta y durante toda la década de los noventa, Colombia ha sufrido una gran transformación en lo que a los partidos políticos se refiere; el bipartidismo ha quedado a un lado y las nuevas fuerzas políticas (llamadas "independientes") han capturado al electorado, haciendo rediseñar a los partidos tradicionales sus formas de captación de votos y de representación.
En la Biblioteca virtual puede obtener más información sobre este tema en:
Los partidos políticos en Colombia. Estudio histórico-político En este capítulo del libro Orígenes de los partidos políticos en Colombia (Jorge Orlando Melo, compilador), Tomás Cipriano de Mosquera analiza histórica y socialmente los partidos políticos colombianos
Los partidos políticos en Colombia En este capítulo del libro Orígenes de los partidos políticos en Colombia (Jorge Orlando Melo, compilador), José María Samper analiza la genealogía de los partidos que se han disputado el poder en nuestro país durante el siglo XIX.
Ideas fundamentales de los partidos políticos en la Nueva Granada En este capítulo del libro Orígenes de los partidos políticos en Colombia (Jorge Orlando Melo, compilador), Manuel María Madiedo expone los antecedentes de la política colombiana.
Algunos factores de violencia en el sistema político colombiano 1930-1986 Artículo de Medófilo Medina sobre los factores de violencia que se anidan en la naturaleza del sistema político colombiano. En: Anuario colombiano de historia social y de la cultura, núm. 13-14, 1985-1986.
El proyecto de reforma constitucional conservadora de 1953 en Colombia Artículo de James Henderson sobre la reforma de 1953. En: Anuario colombiano de historia social y de la cultura, núm. 13-14, 1985-1986.
El 9 de abril y su contexto internacional Artículo de Pierre Gilhodes sobre la influencia que tuvo el 9 de Abril de 1948 en la historia mundial. En: Anuario colombiano de historia social y de la cultura, núm. 13-14, 1985-1986.
Acerca de las interpretaciones socioeconómicas de la política en la Colombia del siglo XIX: variaciones sobre un tema Ensayo de Frank Safford sobre las interpretaciones socioeconómicas de la política del siglo XIX en Colombia. En: Anuario colombiano de historia social y de la cultura, núm. 13-14, 1985-1986.
El gaitanismo y la insurrección del 9 de abril en provincia Ensayo de Gonzalo Sánchez G. sobre los hechos del 9 de abril y su resonancia en la provincia. En: Anuario colombiano de historia social y de la cultura, núm. 10, 1982.
Antecedentes sociales de la revolución de 1851 en el sur de Colombia (1848-1849) Ensayo de J. León Helguera sobre la revolución conservadora de 1851. En: En: Anuario colombiano de historia social y de la cultura, núm. 5, 1970.
El debate electoral de 1941. Elecciones para Cámara y Asambleas Artículo de Medófilo Medina sobre los partidos políticos en Colombia y el debate electoral de 1941. En: Anuario colombiano de historia social y de la cultura, núm. 15, 1987.
Lleras Restrepo y él liberalismo moderno Gerardo Molina expone el pensamiento liberal de este político colombiano.
Modelos para leer las listas electorales Reseña de José Ernesto Ramírez sobre la tesis doctoral de Thomas Michael Wilson, titulada: Fraccionalismo y partidos políticos en Colombia.
La crisis en los partidos colombianos Esta monografía titulada La crisis en los partidos Colombianos, escrita por Rodrigo Timarrán, pretende demostrar que la crisis en la democracia representativa es consecuencia de la crisis en los partidos tradicionales.
Los partidos políticos en la Nueva Granada Documento redactado por Mariano Ospina Rodríguez.
La secta Radical En este capítulo del libro Orígenes de los partidos políticos en Colombia (Jorge Orlando Melo, compilador), Manuel María Madiedo expone las principales ideas del radicalismo, facción del Partido Liberal colombiano del siglo XIX.
Escuela liberal En este capítulo del libro Orígenes de los partidos políticos en Colombia (Jorge Orlando Melo, compilador), Manuel María Madiedo expone las principales ideas del liberalismo en la Nueva Granada.
Escuela conservadora En este capítulo del libro Orígenes de los partidos políticos en Colombia (Jorge Orlando Melo, compilador), Manuel María Madiedo expone las principales ideas del conservatismo en la Nueva Granada.
Orígenes de los partidos políticos en Colombia Edición electrónica de este libro compilado por Jorge Orlando Melo, en donde escriben ideólogos políticos colombianos del siglo XIX como José María Samper y Manuel María Madiedo
Historia de la revolución del 17 de abril de 1854 Texto de Venancio Ortiz que hace referencia de todos los detalles históricos y políticos que desencadenaron la revolución de 1884.
El mito del partido liberal Reseña de Cesar Augusto Ayala Diago sobre el libro La revolución liberal. Un proyecto político inconcluso, de Hernando Agudelo Villa.
NEOLIBERALISMO
El término neoliberalismo es un neologismo que hace referencia a una doctrina económica y política que considera contraproducente el excesivo intervencionismo estatal en materia social o en la economía y defiende el libre mercado capitalista como mejor garante del equilibrio y el crecimiento económicos, salvo ante la presencia de las denominadas fallas del mercado.[1] Se suele considerar como una reaparición del liberalismo decimonónico, aunque esta afirmación no es del todo exacta por la ambigüedad ideológica que presenta como el concepto. Es usado con el fin de agrupar a un conjunto de ideologías y teorías económicas que defienden, según sus defensores, los intereses particulares de cada individuo y según sus críticos, los intereses de los grandes grupos económicos.
Tabla de contenidos[ocultar]
1 Origen y uso actual del término
2 Usos históricos del concepto
3 Definición
4 Liberalismo y Neo liberalismo
5 Historia del neoliberalismo
5.1 Antecedentes
5.2 El resurgimiento del modelo
5.3 La era de la información
5.4 Movimientos antiglobalización
5.5 La situación actual
6 Pros y contras de las propuestas económicas neoliberales
7 Notas
8 Bibliografía
9 Véase también
10 Enlaces externos
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Origen y uso actual del término [editar]
El llamado neoliberalismo en buena medida, fruto del trabajo teórico de economistas de la Escuela de Chicago como Milton Friedman que desde mediados de los años 50 se convirtieron en críticos opositores de las políticas de intervención económica que se adoptaban en todo el mundo. A finales de los años 70 sus teorías ganaron amplia popularidad en el mundo académico y político por dar respuesta al fracaso del keynesianismo en la gestión de la crisis de 1973. En efecto, la aplicación de los preceptos keynesianos, no sólo no creaba empleo sino que además desató una epidemia inflacionaria mundial (estanflación) y creó unos déficit presupuestarios insostenibles. La crítica de estos autores tenía tres vertientes: discutían el uso del aumento de la masa monetaria como instrumento para crear demanda agregada recomendando mantener fija dicha magnitud; desaconsejaban el uso de la política fiscal, especialmente el uso del constante déficit presupuestario, poniendo en duda el multiplicador keynesiano; y recomendaban una reducción en los gastos del Estado como única forma práctica de incrementar la demanda agregada.
En aquellos mismos años los trabajos de la Escuela Austríaca, como los de Friedrich Hayek, Ludwig von Mises y Carl Menger, empezaron a tener mayor relevancia; aunque esta escuela discrepa tanto con el keynesianismo como del monetarismo asociado comúnmente al denominado neoliberalismo. La mayor parte de los aportes teóricos fueron rápidamente aceptados poniendo fin a la predominancia que el keynesianismo había la mayoría de escuelas de pensamiento económico desde los años 30. Tanto Margaret Thatcher como la administración de Reagan pusieron en práctica estas teorías con resultados desiguales. En el Reino Unido, se realizó una fuerte reducción en el tamaño del sector público que, si bien tuvo consecuencias negativas en el corto plazo en el terreno social, reactivó la economía y dio una gran dinamismo al sector productivo. En los Estados Unidos, similares medidas chocaron con el aparato político y la vocación militarista del entorno de Reagan por lo que solo se logró crear un gran déficit fiscal (las iniciativas de reducción de impuestos prosperaron pero no las de control del gasto social o del gasto militar que eran las principales partidas).
Se aprecia en la dictadura militar de Augusto Pinochet en Chile, un modelo económico monetarista con algunos rasgos keynesianos, siendo estos manejados por su equipo de economistas, los Chicago Boys. Estos serían vitales para la reestructuración económica de Chile marcadas por la crisis mundiales y la nacionalización del cobre, es el llamado Milagro de Chile.
De estas experiencias y de las dificultades para aplicar esas políticas a países en desarrollo, nació una división entre los economistas partidarios de la nueva doctrina. Algunos volvieron a una versión keynesiana con inclinación monetarista que incorporaba la aversión al déficit y a la fabricación de dinero pero no al concepto de intervención pública en la economía (Consenso de Washington) mientras otros opinaron que la reducción del Estado debía ser aún más drástica hasta limitarlo a lo completamente imprescindible. En este último grupo se encuentran los movimientos libertarianos norteamericanos que son los que más suelen relacionarse al concepto de neoliberalismo. Pero, los críticos de la economía de mercado capitalista suelen usar el concepto como una generalización sobre cualquier posición que o ponga limites a la intervención de los Estados en la economía o que amplíe el poder de las empresas privadas multinacionales (según el origen de la crítica). En América Latina por ejemplo es común identificar el término neoliberal con las recomendaciones del Consenso de Washington aunque a nivel académico se considere erróneo relacionarlas con medidas de mercado abierto. El neoliberalismo tendría entonces una razón geopolítica antes que ser la práctica de un mercado libre, razón que explicaría que sea asociado al corporativismo internacional.
En resumen, el término neoliberal no define una teoría económica concreta, y se usa más para refererirse al sistema o la institucionalización del liberalismo económico en el comercio mundial, tampoco el neoliberalismo es una filosofía política unificada por la diversidad de escuelas y movimientos que se le suelen relacionar. Algunos sectores críticos usan el termino neo liberalismo con frecuencia como etiqueta ideológica peyorativa; mientras que los defensores de estas políticas rechazan el neoliberalismo como una una etiqueta falaz creada por algunos sectores de izquierda y de centro (e incluso de derecha) para descalificar sumariamente a sus adversarios políticos, mientras prefieren definirse a sí mismos como "liberales".
Usos históricos del concepto [editar]
No se puede dar una definición estática de neoliberalismo debido a que su significado ha ido cambiando en el transcurso del tiempo y no es idéntico en todos los países del planeta. Es necesario, por ello, señalar los cambios de significado que han culminado en su uso a comienzos del siglo XXI, y las diferencias regionales en los países de habla castellana a los que está dirigida esta enciclopedia.
Las pesquisas realizadas sobre el tema[2] revelan que la palabra fue usada por primera vez, de manera asistemática, por destacados economistas liberales, entre los que se cuentan:
Ludwig von Mises. La edición inglesa (1927) de su libro Liberalismus usa el término neoliberalism para traducir lo que en alemán von Mises denominó neuen Liberalismus (nuevo liberalismo). En este libro Von Mises usa el término para designar a los socialistas que se hacen pasar por liberales (término que después reemplazó por seudoliberales), mientras que en su posterior libro, Socialismo, lo aplica a los liberales partidarios de la entonces nueva teoría subjetiva del valor, como Carl Menger.
Louis Baudin, en su obra de 1953, L'aube d'un nouveau libéralisme (El alba de un nuevo liberalismo), relata que el término neoliberalismo fue deliberadamente acuñado y usado para su posterior difusión en el coloquio de destacados pensadores liberales realizado en París en agosto de 1938, cuando ya se anunciaba la inevitabilidad de la Segunda Guerra Mundial. Su objetivo fue diferenciarse de la entonces desacreditada escuela liberal clásica, a la que se atribuía una importante responsabilidad por haber llegado a ese callejón sin salida. Participaron en el coloquio destacados economistas liberales como Rueff, Friedrich Hayek, Ludwig von Mises, Alexander Rüstow, Wilhelm Röpke, Detauoff, Condliffe, Polanyi, Lippman y Baudin.
Edgar Nawroth, en su libro Die Sozial-und Wirtschaftsphilosophie des Neoliberalismus (1961), califica como neoliberales a los partidarios de la Escuela de Friburgo) y de Munich, destacando las contribuciones de Wilhelm Röpke y de Alexander Rüstow.
Economistas del Centro de Investigación para la Comparación de Sistemas de Dirección Económica de la Universidad de Marburgo definieron al neoliberalismo como:
Un concepto global bajo en que se incluyen los programas de la renovación de la mentalidad liberal clásica, cuyas concepciones básicas del orden están marcadas por una inequívoca renuncia a las ideas genéricas del laissez faire y por un rechazo total a los sistemas totalitarios.Entre los rasgos esenciales del neoliberalismo incluyen la garantía legal de la libre competencia y la convicción de que al libre mercado deben agregarse otras consideraciones sociales..
Alfred Müller-Armack, uno de los teoricos de la Economía social de mercado, acusa a los neoliberales (que no identifica con precisión) de "no haber prestado la debida atención a los problemas sociales y sociológicos".[3] De su obra surgen como posturas extremas el liberalismo tradicional o paleoliberalismo, el neoliberalismo que se le opone, y la intermedia Economía Social de Mercado.
En Latinoamérica el término suele usarse por sus detractores para hacer referencia al conjunto de políticas recomendadas en la década de 1990 por el Consenso de Washington, a las que consideran responsables de los problemas sociales de años posteriores a su aplicación, poniendo como ejemplo la crisis argentina del 2001.
En la última década del siglo XX y la primera del siglo XXI, el término ha sido crecientemente usado con carácter peyorativo. El escritor Mario Elgue, por ejemplo, afirma:[4]
Ya no quedan dudas de que el modelo neoliberal es incapaz de dar respuesta a los principales problemas que siguen aquejando a la sociedad: altos índices de desempleo, trabajo en negro, pobreza y exclusión social. Su debacle fue el resultado de la aplicación de las políticas del "derrame", según las cuales bastaba con el crecimiento de los grandes grupos concentrados ya que estos últimos difundirían los beneficios hacia el resto de la sociedad productiva y laboral. Pues bien, ahora está claro que este "goteo" no llegó; que no hubo un correlato distributivo y de cohesión de la base social.
En consecuencia, y como es también usual con las diferentes acepciones del término liberal, no se puede hablar de una definición universalmente aceptada, uniforme en el espacio y constante en el tiempo, sino sólo de usos del término neoliberalismo en diferentes contextos.
Definición [editar]
Características invocadas de un sistema de políticas neoliberales son:
En política económica internacional: el énfasis en la libre circulación de los capitales (ya que el libre comercio es común a todas las teorías liberales). Quienes apoyan la posición neoliberal argumentan que el libre flujo de las inversiones resultante favorece a los países pobres, que reciben aportes de capital de los países ricos. Los críticos, por el contrario, sostienen que esto multiplica dramáticamente el impacto de las crisis de confianza, culpabilizandolo de la seguidilla de debacles financieras de escala más o menos global cuyo más notable componente fue conocido como Efecto Tequila.
En política económica interna: la mínima intromisión de los gobiernos en los mercados (especialmente el laboral), la privatización de las empresas públicas y el desmantelamiento del Estado Benefactor. Los críticos de estas políticas les adjudican los problemas crecientes de tensión, exclusión y violencia social asociados a su aplicación indiscriminada.
Estas políticas son principalmente impulsadas desde el Banco Mundial, la Organización Mundial del Comercio y el Fondo Monetario Internacional (FMI), organismos que no dependen de las Naciones Unidas y están por ello exentos del control directo de la comunidad internacional de países. Sin embargo, los propios liberales rechazan a éstos como monstruos burocráticos, intervencionistas e inútiles. En la práctica, estas políticas toman como modelo de economía (salvo en lo referente al proteccionismo) a la estadounidense. En Latinoamérica se suele identificar a las políticas neoliberales con las establecidas en el llamado Consenso de Washington, término acuñado en 1989 por el economista John Williamson para referirse al tipo de políticas fiscales y monetarias recomendadas para los países en desarrollo por los organismos con sede en Washington (Banco Mundial, FMI y Tesoro estadounidense, entre otros). El auge de las políticas neoliberales se produjo durante el gobierno de la Primer Ministro británica Margaret Thatcher, políticas luego imitadas por el presidente estadounidense Ronald Reagan.
El término neoliberalismo es cuestionado por muchos economistas por no corresponder a ninguna escuela bien definida, ni siquiera a un modo especial de describir o interpretar las actividades económicas (aunque probablemente sí de explicarlas). Se trata de un término más bien político o ideológico, frecuentemente usado por los medios de comunicación y algunos intelectuales, que debería ser reemplazado por políticas neoliberales. La mayoría de los que desde el progresismo son calificados como neoliberales, se consideran a sí mismos simplemente liberales.
Etimológicamente, el término significa nuevos liberales y nace de la necesidad de diferenciar el liberalismo económico previo a la Segunda Guerra Mundial, de los surgidos durante la Guerra Fría. Algunos autores identifican al neoliberalismo con el liberalismo austríaco, que en realidad es sólo una de las escuelas liberales de nuevo cuño a las que alude el prefijo neo. La bonanza económica estadounidense de la posguerra, permitió que el liberalismo recuperara prestigio.
A continuación se dan las principales características que definen y diferencian las políticas neoliberales de las tradicionales.
Liberalismo y Neo liberalismo [editar]
Resulta difícil diferenciar ambos conceptos, puesto que con Neoliberalismo no se está haciendo alusión a una teoría política o económica en particular, sino más bien se está refiriendo a una generalización de escuelas y teorías económicas (muchas veces opuestas entre si). Debido a este problema, resulta complejo establecer una base de comparación con respecto al antiguo concepto de liberalismo, que pese a todo, resulta más claro de limitar.
Originalmente la teoría que limitaba el poder del Estado y entregaba la economía a los agentes privados era el liberalismo, y hasta bien entrado el siglo XX los partidarios de estas ideas siguieron siendo llamados liberales. Sin embargo, la crisis de 1929, el auge del keynesianismo y el uso por parte de la izquierda norteamericana del concepto liberal, condujeron a que el liberalismo rescatado por diversos gobiernos de la década de los 80' recibiese otro nombre, siendo este el de neoliberalismo.
En aspectos teoricos, los llamados neoliberales suelen defender conceptos del viejo liberalismo clásico del siglo XIX, añadiendole generalmente elementos posteriores como el rol subsidiario del Estado desarrollado por los ordoliberales alemanes, el monetarismo de la Escuela de Chicago, o incluso ciertos conceptos económicos keynesianos; siendo el neoliberalismo en todos los casos, un conjunto de ideas bastante alejadas de la ortodoxia liberal del siglo XIX.
Para algunos liberales como por ejemplo los libertarianos de izquierda, el neoliberalismo no es más que "estatismo para los ricos", sin embargo otros sectores del libertarianismo, especialmentes los clásicos, si bien son en algún nivel críticos teóricos del neoliberalismo, se han terminado acoplando a su coyuntura política.
Historia del neoliberalismo [editar]
Antecedentes [editar]
Las teorías que dan base al llamado neoliberalismo comenzaron a tomar fuerza tras las sucesivas crisis de estanflación que sacudieron a la economía occidental en los años setenta y que no encontraban solución en las habituales políticas keynesianas del periodo.
El keynesianismo propugnaba la temporal intervención del Estado como motor para resolver los problemas de recesión y desempleo que tuvieron su máxima expresión en la Gran Depresión de 1930. A medida que los paises sucumbían ante la crisis y las políticas liberales tradicionales parecían no dar resultados, las sociedades comenzaron a interesarse por alternativas al capitalismo laissez faire. Hubo quienes centraron su atención en los fascismos, que proponían un fuerte intervencionismo en la economía, mientras que otros se sintieron atraidos por el comunismo y el ejemplo de la Unión Sovietica que no se vio tan afectada por la depresión del 30'.
De los múltiples economistas teóricos que intentaron explicar las caóticas circunstancias reinantes y organizar acciones correctivas a futuro sobresalió Keynes, cuya tesis propuso una serie de medidas para "salvar al capitalismo desde el capitalismo": contrariamente a las recetas de los clásicos, que insistían en la disminución del gasto público, Keynes propuso favorecer el rol anticíclico del Estado mediante el aumento del gasto público incluso a niveles sostenidamente deficitarios para favorecer la creación de empleo, el incremento de precios para hacer frente a la deflación; o la disminución de la inversión gubernamental y el incremento de la presión impositiva para domar las escaladas inflacionarias.
Las políticas keynesianas tuvieron una actuación fundamental en el llamado New Deal y en la serie de medidas implementadas para afrontar la gran recesión de 1937. Al iniciarse la Segunda Guerra Mundial el rol del Estado como promotor de empleo llegó a su pico: la desocupación, que la conjunción de políticas activas (entre ellas el New Deal) había logrado disminuir desde un 25% (1933) hasta el 14% (1940), se desbarrancó al 2% en 1943. La distribución del ingreso alcanzó niveles casi óptimos.
El grado de implementación de políticas contracíclicas continuó ascendiendo en los años 50 y alcanzó su punto cúlmine en los 60. En este punto vastos sectores de la economía consideraban que se había encontrado la receta definitiva para enfrentar procesos recesivos, y que éstos eran ya cosa del pasado; muchos economistas de formación liberal clásica pasaron a engrosar las filas del keynesianismo. La crisis del petróleo de 1973 fue el primero de los cimbronazos que condujeron a un progresivo deterioro de las condiciones económicas reinantes: el desempleo fue creciendo pero acompañado de un aumento incontenible de la inflación, lo que contradecía la curva de Phillips. El nuevo escenario estanflacionario desafiaba los postulados keynesianos: para enfrentarlo se deberían efectivizar al mismo tiempo acciones antirecesivas y antiinflacionarias, algo nunca previsto en la nueva teoría.
El resurgimiento del modelo [editar]
Ante el nuevo mapa político que se dibuja, tras la toma de Berlín a manos del Ejército Rojo, empieza a resurgir la idea de oponerse a la planificación económica del Gosplan soviético. Empieza la guerra fría y en ese contexto se traza el mapa del Nuevo Orden. Así mismo tras la guerra mundial se reinstaura el libre mercado y las reglas del cambio monetario.
El llamado neoliberalismo empieza a construirse en el campo teórico en los años cuarenta con importantes ideólogos, como Friedrich Hayek o Milton Friedman, partidarios de las escuelas Austríaca y de Chicago respectivamente, que revitalizan la ideología liberal con los nuevos ingredientes de la lucha contra el comunismo y cualquier movimiento de izquierda amparándose en la lucha contra la intervención tanto del Estado como de cualquier estamento de sociedad en el mercado capitalista. Otra corriente influyente en el moderno neoliberalismo es la del Ordoliberalismo o Neoliberalismo alemán que aportará, entre otros elementos, el rol subsidiario del Estado. Sin embargo, fuera del ordoliberalismo, estas teorías no lograrían expresarse hasta después de las crisis de los años 70.
La nueva doctrina liberal, basada fundamentalmente de las teorías de Hayek y Friedman alcanzará su plenitud durante los años 1980 con la llegada de Ronald Reagan y Margaret Thatcher al poder en Estados Unidos y el Reino Unido respectivamente. Ambos llevaron a cabo agresivas políticas de liberalización económica y tuvieron un fuerte rol contra el comunismo difundido por la Unión Sovietica. El avance del neoliberalismo en Europa se detenía en el Atlántico propiciado, sobre todo, por la siempre presente espada de Damocles del comunismo. Es en esos años cuando Francis Fukuyama lanzará su famosa cita de el fin de la historia. Pero no será hasta la década de los 90, con el desmantelamiento de la URSS, cuando, por fin, esta ideología observe su máxima expansión a lo largo de todo el globo. Las socialdemocracias europeas instaladas, hasta entonces, como contrapeso social, pero liberal a la vez, sufrirán retrocesos en el estado del bienestar una vez que la amenaza comunista ha desaparecido.
La era de la información [editar]
El siglo XXI amanece con lo que muchos analistas de mercado denominan como la Nueva Economía. Los sociólogos lo llamarán globalización. En realidad se trata de la irrupción de las nuevas tecnologías de la información (Internet, telefonía móvil, etc). El resultado es que las transacciones ya no se realizan a mano sino que todo ocurre y sucede a través de kilométricas y extensas redes de cables y satélites. Ello propicia el engaño digital, el maquillaje de las cuentas, la ocultación de las pérdidas y la ingeniería fiscal para vender falsos beneficios a los nuevos accionistas, más inexpertos e impulsivos. También es ahora más fácil la evasión de impuestos y la ocultación de capitales bajo el amparo de los nuevos paraísos fiscales. Así mismo también surgen multitud de empresas que hacen negocios enteramente por la red. Son las llamadas empresas punto com. Sus salidas a bolsa son, muchas veces espectaculares, a pesar de sus grandes pérdidas, basándose en la promesa de futuros beneficios, ver Burbuja .com.
Pero la globalización influye no solo en el plano económico sino también a todos los niveles. El conocimiento se difunde con mayor fluidez y las relaciones entre diferentes culturas se aceleran tendiéndose a una homogeneización de las sociedades. Las críticas surgen en las prisas de unos por globalizar el libre mercado y la lentitud en hacer lo mismo con los derechos humanos. Desde los ámbitos más liberales se alega que los derechos humanos vienen después, una vez la sociedad entra en el libre mercado y que no hace falta, por tanto adoptar mayores medidas al respecto que coarten la libertad empresarial en esos países. La globalización del conocimiento tendrá también efectos positivos para los movimientos antiliberales ya que les permitirá, en adelante, globalizar sus protestas. Así es como surgirá paralelamente el movimiento antiglobalización.
Movimientos antiglobalización [editar]
En Asia y América Latina se prueban experimentos desastrosos. El caso Argentino o el de Malasia y Corea son buenos ejemplos pues en todos ellos el estado se ve obligado a volver a políticas más intervencionistas para salvar sus economías interiores. A pesar de todo el retroceso social continúa hasta nuestros días. Por su parte, África sigue sumida en un mar de pobreza más profundo cada vez. Todo ello por seguir modelos económicos que pretenden parecerse al neoliberalismo, pero que distan mucho de este; puesto que el ideal de liberalismo sería un sistema totalmente libre, si acaso con una mínima intervención del estado (minarquismo). Los defensores del modelo alegan también que en estas naciones no existía uno de los requisitos fundamentales para su aplicación, la presencia de instituciones estables que garanticen un sistema jurídico fuerte y neutral que proteja la propiedad privada y el respeto por los contratos. De esta manera se evita el clientelismo político y la corrupción que impiden que el modelo económico sea realmente liberal.
Ante este panorama, muchos movimientos sociales alzaron la voz cada vez con más frecuencia. Primero había sido la crisis en Japón, que aún perdura. Luego sufrían los Tigres Asiáticos, Argentina, Venezuela, y otros países latinoamericanos. Las críticas desde los ámbitos sociales crecían y el año 1999 en la reunión de la OMC en Seattle estalla el movimiento antiglobalización, contestatario de las reformas neoliberales. Desde dichos sectores se acusa al neoliberalismo de ser un modelo ligado a los intereses de la política estadounidense, de no tener en cuenta los derechos humanos y de empobrecer más las economías de los países del tercer mundo.
En el 2000, se produce la denominada Guerra del agua en Cochabamba- Bolivia contra la gestión corporativa de la multinacional Bechtel. Durante el año 2001 el hundimiento de la burbuja tecnológica y los valores de empresas como Amazon o Terra se ve rematado por el atentado de las Torres Gemelas el 11 de septiembre del 2001. Wall Street cierra durante unos días, algo inaudito que paraliza buena parte de las finanzas mundiales.
El ciclo de crisis continúa hasta nuestros días con la bancarrota de Enron y el escándalo en Arthur Andersen, la quiebra de Parmalat así como de otras empresas que habían manipulado sus cuentas para hacerse más atractivas en bolsa. Durante esos días se acuña la expresión de manzanas podridas (en inglés: bad apples) para referirse a las empresas que una tras otras van quebrando por cuentas falseadas.
La situación actual [editar]
Tras la explosión de la Burbuja .com la Nueva Economía pierde peso y se vuelve la mirada hacia los viejos recursos, más tangibles que el mundo de Internet: el petróleo y el gas natural. En los EE.UU., el nuevo presidente Bush, amparándose en la llamada "lucha contra el terrorismo", retrae el país hacia una posición mucho más conservadora. Tras las guerras de Afganistán e Irak, EE.UU. pone nuevas bases en Oriente Medio y en el centro de Asia asegurándose el suministro de los preciados recursos de la zona.
La nueva política obliga a dejar en paz a países enemigos del modelo neoliberal como Venezuela y, hasta cierto punto, Cuba, siempre y cuando aseguren el suministro de recursos. Debido a esto, a los nuevos ideólogos de este tipo de políticas se le tiende a llamar neocons o neoconservadores en vez de neoliberales. Esto es porque se les acusa de ser, además de liberales, militaristas.[5]
Pros y contras de las propuestas económicas neoliberales [editar]
Las políticas macroeconómicas recomendadas por teóricos e ideólogos neoliberales (en principio recomendaciones a países tanto industrializados como en desarrollo) incluyen:
Políticas monetarias restrictivas (aumentar tasas de interés o reducir la oferta de dinero). Con ello disminuye la inflación y se reduce el riesgo de una devaluación. No obstante con ello se inhibe el crecimiento económico ya que se disminuye el flujo de exportaciones y se perpetúa el nivel de deuda interna y externa denominada en monedas extranjeras. Así mismo, se evitan los llamados ciclos del mercado.
Políticas fiscales restrictivas (aumentar los impuestos sobre el consumo y reducir los impuestos sobre la producción y la renta; eliminar regímenes especiales; disminuir el gasto público). Con ello se supone que se incentiva la inversión, se sanean las finanzas públicas y se fortalece la efectividad del Estado. No obstante no se distingue entre los niveles de ingreso de los contribuyentes, donde unos puede pagar más impuestos que otros, y se grava a las mayorías mientras que se exime a las minorías, deprimiéndose así la demanda, si bien se busque apoyar la oferta, buscando el bienestar de toda la sociedad. Tampoco se reconoce que el gasto público es necesario, tanto para el crecimiento como para el desarrollo (comparar históricamente ejemplos de países industrializados); para la protección de sectores vulnerables de la economía y la población; y para la estabilidad social y económica en general. Por otra parte, estas políticas no son aprobadas por muchos neoliberales, ya que el ideal liberal es que no haya estado, y por tanto, tampoco impuestos.
Liberalización. Tanto la liberalización para el comercio como para las inversiones se supone que incentivan tanto el crecimiento como la distribución de la riqueza, al permitir 1.- una participación más amplia de agentes en el mercado (sin monopolios u oligopolios), 2.- la generación de economías de escala (mayor productividad), 3.- el aprovechamiento de ventajas competitivas relativas (mano de obra barata, por ejemplo), 4.- el abaratamiento de bienes y servicios (al reducirse costos de transportación y del proteccionismo), y 5.- el aumento en los niveles de consumo y el bienestar derivado de ello (en general aumento de la oferta y la demanda en un contexto de “libre” mercado, con situaciones de equilibrio e utilidades marginales).
Privatización. Se considera que los agentes privados tienden a ser más productivos y eficientes que los públicos y que el Estado debe adelgazarse para ser más eficiente y permitir que el sector privado sea el encargado de la generación de riqueza.
Desregulación. Se considera que demasiadas reglas y leyes inhiben la actividad económica y que su reducción a un mínimo necesario (sobre todo la garantización del régimen de propiedad y de la seguridad) propician un mayor dinamismo de los agentes económicos.
En todos los casos, los teóricos neoliberales afirman que la mejor manera de alcanzar la distribución de la riqueza y el bienestar de los individuos es mediante un crecimiento total del producto, que por su propia dinámica permea al total de los integrantes de la sociedad (la llamada trickle down policy ); los liberales promueven "mediante el beneficio individual, alcanzar el beneficio de toda la sociedad".
Tabla de contenidos[ocultar]
1 Origen y uso actual del término
2 Usos históricos del concepto
3 Definición
4 Liberalismo y Neo liberalismo
5 Historia del neoliberalismo
5.1 Antecedentes
5.2 El resurgimiento del modelo
5.3 La era de la información
5.4 Movimientos antiglobalización
5.5 La situación actual
6 Pros y contras de las propuestas económicas neoliberales
7 Notas
8 Bibliografía
9 Véase también
10 Enlaces externos
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Origen y uso actual del término [editar]
El llamado neoliberalismo en buena medida, fruto del trabajo teórico de economistas de la Escuela de Chicago como Milton Friedman que desde mediados de los años 50 se convirtieron en críticos opositores de las políticas de intervención económica que se adoptaban en todo el mundo. A finales de los años 70 sus teorías ganaron amplia popularidad en el mundo académico y político por dar respuesta al fracaso del keynesianismo en la gestión de la crisis de 1973. En efecto, la aplicación de los preceptos keynesianos, no sólo no creaba empleo sino que además desató una epidemia inflacionaria mundial (estanflación) y creó unos déficit presupuestarios insostenibles. La crítica de estos autores tenía tres vertientes: discutían el uso del aumento de la masa monetaria como instrumento para crear demanda agregada recomendando mantener fija dicha magnitud; desaconsejaban el uso de la política fiscal, especialmente el uso del constante déficit presupuestario, poniendo en duda el multiplicador keynesiano; y recomendaban una reducción en los gastos del Estado como única forma práctica de incrementar la demanda agregada.
En aquellos mismos años los trabajos de la Escuela Austríaca, como los de Friedrich Hayek, Ludwig von Mises y Carl Menger, empezaron a tener mayor relevancia; aunque esta escuela discrepa tanto con el keynesianismo como del monetarismo asociado comúnmente al denominado neoliberalismo. La mayor parte de los aportes teóricos fueron rápidamente aceptados poniendo fin a la predominancia que el keynesianismo había la mayoría de escuelas de pensamiento económico desde los años 30. Tanto Margaret Thatcher como la administración de Reagan pusieron en práctica estas teorías con resultados desiguales. En el Reino Unido, se realizó una fuerte reducción en el tamaño del sector público que, si bien tuvo consecuencias negativas en el corto plazo en el terreno social, reactivó la economía y dio una gran dinamismo al sector productivo. En los Estados Unidos, similares medidas chocaron con el aparato político y la vocación militarista del entorno de Reagan por lo que solo se logró crear un gran déficit fiscal (las iniciativas de reducción de impuestos prosperaron pero no las de control del gasto social o del gasto militar que eran las principales partidas).
Se aprecia en la dictadura militar de Augusto Pinochet en Chile, un modelo económico monetarista con algunos rasgos keynesianos, siendo estos manejados por su equipo de economistas, los Chicago Boys. Estos serían vitales para la reestructuración económica de Chile marcadas por la crisis mundiales y la nacionalización del cobre, es el llamado Milagro de Chile.
De estas experiencias y de las dificultades para aplicar esas políticas a países en desarrollo, nació una división entre los economistas partidarios de la nueva doctrina. Algunos volvieron a una versión keynesiana con inclinación monetarista que incorporaba la aversión al déficit y a la fabricación de dinero pero no al concepto de intervención pública en la economía (Consenso de Washington) mientras otros opinaron que la reducción del Estado debía ser aún más drástica hasta limitarlo a lo completamente imprescindible. En este último grupo se encuentran los movimientos libertarianos norteamericanos que son los que más suelen relacionarse al concepto de neoliberalismo. Pero, los críticos de la economía de mercado capitalista suelen usar el concepto como una generalización sobre cualquier posición que o ponga limites a la intervención de los Estados en la economía o que amplíe el poder de las empresas privadas multinacionales (según el origen de la crítica). En América Latina por ejemplo es común identificar el término neoliberal con las recomendaciones del Consenso de Washington aunque a nivel académico se considere erróneo relacionarlas con medidas de mercado abierto. El neoliberalismo tendría entonces una razón geopolítica antes que ser la práctica de un mercado libre, razón que explicaría que sea asociado al corporativismo internacional.
En resumen, el término neoliberal no define una teoría económica concreta, y se usa más para refererirse al sistema o la institucionalización del liberalismo económico en el comercio mundial, tampoco el neoliberalismo es una filosofía política unificada por la diversidad de escuelas y movimientos que se le suelen relacionar. Algunos sectores críticos usan el termino neo liberalismo con frecuencia como etiqueta ideológica peyorativa; mientras que los defensores de estas políticas rechazan el neoliberalismo como una una etiqueta falaz creada por algunos sectores de izquierda y de centro (e incluso de derecha) para descalificar sumariamente a sus adversarios políticos, mientras prefieren definirse a sí mismos como "liberales".
Usos históricos del concepto [editar]
No se puede dar una definición estática de neoliberalismo debido a que su significado ha ido cambiando en el transcurso del tiempo y no es idéntico en todos los países del planeta. Es necesario, por ello, señalar los cambios de significado que han culminado en su uso a comienzos del siglo XXI, y las diferencias regionales en los países de habla castellana a los que está dirigida esta enciclopedia.
Las pesquisas realizadas sobre el tema[2] revelan que la palabra fue usada por primera vez, de manera asistemática, por destacados economistas liberales, entre los que se cuentan:
Ludwig von Mises. La edición inglesa (1927) de su libro Liberalismus usa el término neoliberalism para traducir lo que en alemán von Mises denominó neuen Liberalismus (nuevo liberalismo). En este libro Von Mises usa el término para designar a los socialistas que se hacen pasar por liberales (término que después reemplazó por seudoliberales), mientras que en su posterior libro, Socialismo, lo aplica a los liberales partidarios de la entonces nueva teoría subjetiva del valor, como Carl Menger.
Louis Baudin, en su obra de 1953, L'aube d'un nouveau libéralisme (El alba de un nuevo liberalismo), relata que el término neoliberalismo fue deliberadamente acuñado y usado para su posterior difusión en el coloquio de destacados pensadores liberales realizado en París en agosto de 1938, cuando ya se anunciaba la inevitabilidad de la Segunda Guerra Mundial. Su objetivo fue diferenciarse de la entonces desacreditada escuela liberal clásica, a la que se atribuía una importante responsabilidad por haber llegado a ese callejón sin salida. Participaron en el coloquio destacados economistas liberales como Rueff, Friedrich Hayek, Ludwig von Mises, Alexander Rüstow, Wilhelm Röpke, Detauoff, Condliffe, Polanyi, Lippman y Baudin.
Edgar Nawroth, en su libro Die Sozial-und Wirtschaftsphilosophie des Neoliberalismus (1961), califica como neoliberales a los partidarios de la Escuela de Friburgo) y de Munich, destacando las contribuciones de Wilhelm Röpke y de Alexander Rüstow.
Economistas del Centro de Investigación para la Comparación de Sistemas de Dirección Económica de la Universidad de Marburgo definieron al neoliberalismo como:
Un concepto global bajo en que se incluyen los programas de la renovación de la mentalidad liberal clásica, cuyas concepciones básicas del orden están marcadas por una inequívoca renuncia a las ideas genéricas del laissez faire y por un rechazo total a los sistemas totalitarios.Entre los rasgos esenciales del neoliberalismo incluyen la garantía legal de la libre competencia y la convicción de que al libre mercado deben agregarse otras consideraciones sociales..
Alfred Müller-Armack, uno de los teoricos de la Economía social de mercado, acusa a los neoliberales (que no identifica con precisión) de "no haber prestado la debida atención a los problemas sociales y sociológicos".[3] De su obra surgen como posturas extremas el liberalismo tradicional o paleoliberalismo, el neoliberalismo que se le opone, y la intermedia Economía Social de Mercado.
En Latinoamérica el término suele usarse por sus detractores para hacer referencia al conjunto de políticas recomendadas en la década de 1990 por el Consenso de Washington, a las que consideran responsables de los problemas sociales de años posteriores a su aplicación, poniendo como ejemplo la crisis argentina del 2001.
En la última década del siglo XX y la primera del siglo XXI, el término ha sido crecientemente usado con carácter peyorativo. El escritor Mario Elgue, por ejemplo, afirma:[4]
Ya no quedan dudas de que el modelo neoliberal es incapaz de dar respuesta a los principales problemas que siguen aquejando a la sociedad: altos índices de desempleo, trabajo en negro, pobreza y exclusión social. Su debacle fue el resultado de la aplicación de las políticas del "derrame", según las cuales bastaba con el crecimiento de los grandes grupos concentrados ya que estos últimos difundirían los beneficios hacia el resto de la sociedad productiva y laboral. Pues bien, ahora está claro que este "goteo" no llegó; que no hubo un correlato distributivo y de cohesión de la base social.
En consecuencia, y como es también usual con las diferentes acepciones del término liberal, no se puede hablar de una definición universalmente aceptada, uniforme en el espacio y constante en el tiempo, sino sólo de usos del término neoliberalismo en diferentes contextos.
Definición [editar]
Características invocadas de un sistema de políticas neoliberales son:
En política económica internacional: el énfasis en la libre circulación de los capitales (ya que el libre comercio es común a todas las teorías liberales). Quienes apoyan la posición neoliberal argumentan que el libre flujo de las inversiones resultante favorece a los países pobres, que reciben aportes de capital de los países ricos. Los críticos, por el contrario, sostienen que esto multiplica dramáticamente el impacto de las crisis de confianza, culpabilizandolo de la seguidilla de debacles financieras de escala más o menos global cuyo más notable componente fue conocido como Efecto Tequila.
En política económica interna: la mínima intromisión de los gobiernos en los mercados (especialmente el laboral), la privatización de las empresas públicas y el desmantelamiento del Estado Benefactor. Los críticos de estas políticas les adjudican los problemas crecientes de tensión, exclusión y violencia social asociados a su aplicación indiscriminada.
Estas políticas son principalmente impulsadas desde el Banco Mundial, la Organización Mundial del Comercio y el Fondo Monetario Internacional (FMI), organismos que no dependen de las Naciones Unidas y están por ello exentos del control directo de la comunidad internacional de países. Sin embargo, los propios liberales rechazan a éstos como monstruos burocráticos, intervencionistas e inútiles. En la práctica, estas políticas toman como modelo de economía (salvo en lo referente al proteccionismo) a la estadounidense. En Latinoamérica se suele identificar a las políticas neoliberales con las establecidas en el llamado Consenso de Washington, término acuñado en 1989 por el economista John Williamson para referirse al tipo de políticas fiscales y monetarias recomendadas para los países en desarrollo por los organismos con sede en Washington (Banco Mundial, FMI y Tesoro estadounidense, entre otros). El auge de las políticas neoliberales se produjo durante el gobierno de la Primer Ministro británica Margaret Thatcher, políticas luego imitadas por el presidente estadounidense Ronald Reagan.
El término neoliberalismo es cuestionado por muchos economistas por no corresponder a ninguna escuela bien definida, ni siquiera a un modo especial de describir o interpretar las actividades económicas (aunque probablemente sí de explicarlas). Se trata de un término más bien político o ideológico, frecuentemente usado por los medios de comunicación y algunos intelectuales, que debería ser reemplazado por políticas neoliberales. La mayoría de los que desde el progresismo son calificados como neoliberales, se consideran a sí mismos simplemente liberales.
Etimológicamente, el término significa nuevos liberales y nace de la necesidad de diferenciar el liberalismo económico previo a la Segunda Guerra Mundial, de los surgidos durante la Guerra Fría. Algunos autores identifican al neoliberalismo con el liberalismo austríaco, que en realidad es sólo una de las escuelas liberales de nuevo cuño a las que alude el prefijo neo. La bonanza económica estadounidense de la posguerra, permitió que el liberalismo recuperara prestigio.
A continuación se dan las principales características que definen y diferencian las políticas neoliberales de las tradicionales.
Liberalismo y Neo liberalismo [editar]
Resulta difícil diferenciar ambos conceptos, puesto que con Neoliberalismo no se está haciendo alusión a una teoría política o económica en particular, sino más bien se está refiriendo a una generalización de escuelas y teorías económicas (muchas veces opuestas entre si). Debido a este problema, resulta complejo establecer una base de comparación con respecto al antiguo concepto de liberalismo, que pese a todo, resulta más claro de limitar.
Originalmente la teoría que limitaba el poder del Estado y entregaba la economía a los agentes privados era el liberalismo, y hasta bien entrado el siglo XX los partidarios de estas ideas siguieron siendo llamados liberales. Sin embargo, la crisis de 1929, el auge del keynesianismo y el uso por parte de la izquierda norteamericana del concepto liberal, condujeron a que el liberalismo rescatado por diversos gobiernos de la década de los 80' recibiese otro nombre, siendo este el de neoliberalismo.
En aspectos teoricos, los llamados neoliberales suelen defender conceptos del viejo liberalismo clásico del siglo XIX, añadiendole generalmente elementos posteriores como el rol subsidiario del Estado desarrollado por los ordoliberales alemanes, el monetarismo de la Escuela de Chicago, o incluso ciertos conceptos económicos keynesianos; siendo el neoliberalismo en todos los casos, un conjunto de ideas bastante alejadas de la ortodoxia liberal del siglo XIX.
Para algunos liberales como por ejemplo los libertarianos de izquierda, el neoliberalismo no es más que "estatismo para los ricos", sin embargo otros sectores del libertarianismo, especialmentes los clásicos, si bien son en algún nivel críticos teóricos del neoliberalismo, se han terminado acoplando a su coyuntura política.
Historia del neoliberalismo [editar]
Antecedentes [editar]
Las teorías que dan base al llamado neoliberalismo comenzaron a tomar fuerza tras las sucesivas crisis de estanflación que sacudieron a la economía occidental en los años setenta y que no encontraban solución en las habituales políticas keynesianas del periodo.
El keynesianismo propugnaba la temporal intervención del Estado como motor para resolver los problemas de recesión y desempleo que tuvieron su máxima expresión en la Gran Depresión de 1930. A medida que los paises sucumbían ante la crisis y las políticas liberales tradicionales parecían no dar resultados, las sociedades comenzaron a interesarse por alternativas al capitalismo laissez faire. Hubo quienes centraron su atención en los fascismos, que proponían un fuerte intervencionismo en la economía, mientras que otros se sintieron atraidos por el comunismo y el ejemplo de la Unión Sovietica que no se vio tan afectada por la depresión del 30'.
De los múltiples economistas teóricos que intentaron explicar las caóticas circunstancias reinantes y organizar acciones correctivas a futuro sobresalió Keynes, cuya tesis propuso una serie de medidas para "salvar al capitalismo desde el capitalismo": contrariamente a las recetas de los clásicos, que insistían en la disminución del gasto público, Keynes propuso favorecer el rol anticíclico del Estado mediante el aumento del gasto público incluso a niveles sostenidamente deficitarios para favorecer la creación de empleo, el incremento de precios para hacer frente a la deflación; o la disminución de la inversión gubernamental y el incremento de la presión impositiva para domar las escaladas inflacionarias.
Las políticas keynesianas tuvieron una actuación fundamental en el llamado New Deal y en la serie de medidas implementadas para afrontar la gran recesión de 1937. Al iniciarse la Segunda Guerra Mundial el rol del Estado como promotor de empleo llegó a su pico: la desocupación, que la conjunción de políticas activas (entre ellas el New Deal) había logrado disminuir desde un 25% (1933) hasta el 14% (1940), se desbarrancó al 2% en 1943. La distribución del ingreso alcanzó niveles casi óptimos.
El grado de implementación de políticas contracíclicas continuó ascendiendo en los años 50 y alcanzó su punto cúlmine en los 60. En este punto vastos sectores de la economía consideraban que se había encontrado la receta definitiva para enfrentar procesos recesivos, y que éstos eran ya cosa del pasado; muchos economistas de formación liberal clásica pasaron a engrosar las filas del keynesianismo. La crisis del petróleo de 1973 fue el primero de los cimbronazos que condujeron a un progresivo deterioro de las condiciones económicas reinantes: el desempleo fue creciendo pero acompañado de un aumento incontenible de la inflación, lo que contradecía la curva de Phillips. El nuevo escenario estanflacionario desafiaba los postulados keynesianos: para enfrentarlo se deberían efectivizar al mismo tiempo acciones antirecesivas y antiinflacionarias, algo nunca previsto en la nueva teoría.
El resurgimiento del modelo [editar]
Ante el nuevo mapa político que se dibuja, tras la toma de Berlín a manos del Ejército Rojo, empieza a resurgir la idea de oponerse a la planificación económica del Gosplan soviético. Empieza la guerra fría y en ese contexto se traza el mapa del Nuevo Orden. Así mismo tras la guerra mundial se reinstaura el libre mercado y las reglas del cambio monetario.
El llamado neoliberalismo empieza a construirse en el campo teórico en los años cuarenta con importantes ideólogos, como Friedrich Hayek o Milton Friedman, partidarios de las escuelas Austríaca y de Chicago respectivamente, que revitalizan la ideología liberal con los nuevos ingredientes de la lucha contra el comunismo y cualquier movimiento de izquierda amparándose en la lucha contra la intervención tanto del Estado como de cualquier estamento de sociedad en el mercado capitalista. Otra corriente influyente en el moderno neoliberalismo es la del Ordoliberalismo o Neoliberalismo alemán que aportará, entre otros elementos, el rol subsidiario del Estado. Sin embargo, fuera del ordoliberalismo, estas teorías no lograrían expresarse hasta después de las crisis de los años 70.
La nueva doctrina liberal, basada fundamentalmente de las teorías de Hayek y Friedman alcanzará su plenitud durante los años 1980 con la llegada de Ronald Reagan y Margaret Thatcher al poder en Estados Unidos y el Reino Unido respectivamente. Ambos llevaron a cabo agresivas políticas de liberalización económica y tuvieron un fuerte rol contra el comunismo difundido por la Unión Sovietica. El avance del neoliberalismo en Europa se detenía en el Atlántico propiciado, sobre todo, por la siempre presente espada de Damocles del comunismo. Es en esos años cuando Francis Fukuyama lanzará su famosa cita de el fin de la historia. Pero no será hasta la década de los 90, con el desmantelamiento de la URSS, cuando, por fin, esta ideología observe su máxima expansión a lo largo de todo el globo. Las socialdemocracias europeas instaladas, hasta entonces, como contrapeso social, pero liberal a la vez, sufrirán retrocesos en el estado del bienestar una vez que la amenaza comunista ha desaparecido.
La era de la información [editar]
El siglo XXI amanece con lo que muchos analistas de mercado denominan como la Nueva Economía. Los sociólogos lo llamarán globalización. En realidad se trata de la irrupción de las nuevas tecnologías de la información (Internet, telefonía móvil, etc). El resultado es que las transacciones ya no se realizan a mano sino que todo ocurre y sucede a través de kilométricas y extensas redes de cables y satélites. Ello propicia el engaño digital, el maquillaje de las cuentas, la ocultación de las pérdidas y la ingeniería fiscal para vender falsos beneficios a los nuevos accionistas, más inexpertos e impulsivos. También es ahora más fácil la evasión de impuestos y la ocultación de capitales bajo el amparo de los nuevos paraísos fiscales. Así mismo también surgen multitud de empresas que hacen negocios enteramente por la red. Son las llamadas empresas punto com. Sus salidas a bolsa son, muchas veces espectaculares, a pesar de sus grandes pérdidas, basándose en la promesa de futuros beneficios, ver Burbuja .com.
Pero la globalización influye no solo en el plano económico sino también a todos los niveles. El conocimiento se difunde con mayor fluidez y las relaciones entre diferentes culturas se aceleran tendiéndose a una homogeneización de las sociedades. Las críticas surgen en las prisas de unos por globalizar el libre mercado y la lentitud en hacer lo mismo con los derechos humanos. Desde los ámbitos más liberales se alega que los derechos humanos vienen después, una vez la sociedad entra en el libre mercado y que no hace falta, por tanto adoptar mayores medidas al respecto que coarten la libertad empresarial en esos países. La globalización del conocimiento tendrá también efectos positivos para los movimientos antiliberales ya que les permitirá, en adelante, globalizar sus protestas. Así es como surgirá paralelamente el movimiento antiglobalización.
Movimientos antiglobalización [editar]
En Asia y América Latina se prueban experimentos desastrosos. El caso Argentino o el de Malasia y Corea son buenos ejemplos pues en todos ellos el estado se ve obligado a volver a políticas más intervencionistas para salvar sus economías interiores. A pesar de todo el retroceso social continúa hasta nuestros días. Por su parte, África sigue sumida en un mar de pobreza más profundo cada vez. Todo ello por seguir modelos económicos que pretenden parecerse al neoliberalismo, pero que distan mucho de este; puesto que el ideal de liberalismo sería un sistema totalmente libre, si acaso con una mínima intervención del estado (minarquismo). Los defensores del modelo alegan también que en estas naciones no existía uno de los requisitos fundamentales para su aplicación, la presencia de instituciones estables que garanticen un sistema jurídico fuerte y neutral que proteja la propiedad privada y el respeto por los contratos. De esta manera se evita el clientelismo político y la corrupción que impiden que el modelo económico sea realmente liberal.
Ante este panorama, muchos movimientos sociales alzaron la voz cada vez con más frecuencia. Primero había sido la crisis en Japón, que aún perdura. Luego sufrían los Tigres Asiáticos, Argentina, Venezuela, y otros países latinoamericanos. Las críticas desde los ámbitos sociales crecían y el año 1999 en la reunión de la OMC en Seattle estalla el movimiento antiglobalización, contestatario de las reformas neoliberales. Desde dichos sectores se acusa al neoliberalismo de ser un modelo ligado a los intereses de la política estadounidense, de no tener en cuenta los derechos humanos y de empobrecer más las economías de los países del tercer mundo.
En el 2000, se produce la denominada Guerra del agua en Cochabamba- Bolivia contra la gestión corporativa de la multinacional Bechtel. Durante el año 2001 el hundimiento de la burbuja tecnológica y los valores de empresas como Amazon o Terra se ve rematado por el atentado de las Torres Gemelas el 11 de septiembre del 2001. Wall Street cierra durante unos días, algo inaudito que paraliza buena parte de las finanzas mundiales.
El ciclo de crisis continúa hasta nuestros días con la bancarrota de Enron y el escándalo en Arthur Andersen, la quiebra de Parmalat así como de otras empresas que habían manipulado sus cuentas para hacerse más atractivas en bolsa. Durante esos días se acuña la expresión de manzanas podridas (en inglés: bad apples) para referirse a las empresas que una tras otras van quebrando por cuentas falseadas.
La situación actual [editar]
Tras la explosión de la Burbuja .com la Nueva Economía pierde peso y se vuelve la mirada hacia los viejos recursos, más tangibles que el mundo de Internet: el petróleo y el gas natural. En los EE.UU., el nuevo presidente Bush, amparándose en la llamada "lucha contra el terrorismo", retrae el país hacia una posición mucho más conservadora. Tras las guerras de Afganistán e Irak, EE.UU. pone nuevas bases en Oriente Medio y en el centro de Asia asegurándose el suministro de los preciados recursos de la zona.
La nueva política obliga a dejar en paz a países enemigos del modelo neoliberal como Venezuela y, hasta cierto punto, Cuba, siempre y cuando aseguren el suministro de recursos. Debido a esto, a los nuevos ideólogos de este tipo de políticas se le tiende a llamar neocons o neoconservadores en vez de neoliberales. Esto es porque se les acusa de ser, además de liberales, militaristas.[5]
Pros y contras de las propuestas económicas neoliberales [editar]
Las políticas macroeconómicas recomendadas por teóricos e ideólogos neoliberales (en principio recomendaciones a países tanto industrializados como en desarrollo) incluyen:
Políticas monetarias restrictivas (aumentar tasas de interés o reducir la oferta de dinero). Con ello disminuye la inflación y se reduce el riesgo de una devaluación. No obstante con ello se inhibe el crecimiento económico ya que se disminuye el flujo de exportaciones y se perpetúa el nivel de deuda interna y externa denominada en monedas extranjeras. Así mismo, se evitan los llamados ciclos del mercado.
Políticas fiscales restrictivas (aumentar los impuestos sobre el consumo y reducir los impuestos sobre la producción y la renta; eliminar regímenes especiales; disminuir el gasto público). Con ello se supone que se incentiva la inversión, se sanean las finanzas públicas y se fortalece la efectividad del Estado. No obstante no se distingue entre los niveles de ingreso de los contribuyentes, donde unos puede pagar más impuestos que otros, y se grava a las mayorías mientras que se exime a las minorías, deprimiéndose así la demanda, si bien se busque apoyar la oferta, buscando el bienestar de toda la sociedad. Tampoco se reconoce que el gasto público es necesario, tanto para el crecimiento como para el desarrollo (comparar históricamente ejemplos de países industrializados); para la protección de sectores vulnerables de la economía y la población; y para la estabilidad social y económica en general. Por otra parte, estas políticas no son aprobadas por muchos neoliberales, ya que el ideal liberal es que no haya estado, y por tanto, tampoco impuestos.
Liberalización. Tanto la liberalización para el comercio como para las inversiones se supone que incentivan tanto el crecimiento como la distribución de la riqueza, al permitir 1.- una participación más amplia de agentes en el mercado (sin monopolios u oligopolios), 2.- la generación de economías de escala (mayor productividad), 3.- el aprovechamiento de ventajas competitivas relativas (mano de obra barata, por ejemplo), 4.- el abaratamiento de bienes y servicios (al reducirse costos de transportación y del proteccionismo), y 5.- el aumento en los niveles de consumo y el bienestar derivado de ello (en general aumento de la oferta y la demanda en un contexto de “libre” mercado, con situaciones de equilibrio e utilidades marginales).
Privatización. Se considera que los agentes privados tienden a ser más productivos y eficientes que los públicos y que el Estado debe adelgazarse para ser más eficiente y permitir que el sector privado sea el encargado de la generación de riqueza.
Desregulación. Se considera que demasiadas reglas y leyes inhiben la actividad económica y que su reducción a un mínimo necesario (sobre todo la garantización del régimen de propiedad y de la seguridad) propician un mayor dinamismo de los agentes económicos.
En todos los casos, los teóricos neoliberales afirman que la mejor manera de alcanzar la distribución de la riqueza y el bienestar de los individuos es mediante un crecimiento total del producto, que por su propia dinámica permea al total de los integrantes de la sociedad (la llamada trickle down policy ); los liberales promueven "mediante el beneficio individual, alcanzar el beneficio de toda la sociedad".
MARIA CANO
Conocida como la Flor del Trabajo, ésta mujer nacida en Medellín fue la primera en Suramérica que usó la palabra ante las multitudes.
Proveniente de una familia de humanistas, educadores, periodistas y artistas, se vinculó al movimiento literario a principios de los años 20.
En 1925 inició su activismo político en las minas de Segovia y Remedios y a partir de ahí recorrió prácticamente todo el país defendiendo los derechos de la clase trabajadora y las mujeres.
Con su oratoria María Cano atrajo multitudes, y conmovió a las masas como nunca antes una mujer lo hizo en Colombia. Murió en Medellín sin dinero, soltera y sin hijos a la edad de 80 años.
Porque Antioquia la seguimos construyendo entre todos y todas.
Proveniente de una familia de humanistas, educadores, periodistas y artistas, se vinculó al movimiento literario a principios de los años 20.
En 1925 inició su activismo político en las minas de Segovia y Remedios y a partir de ahí recorrió prácticamente todo el país defendiendo los derechos de la clase trabajadora y las mujeres.
Con su oratoria María Cano atrajo multitudes, y conmovió a las masas como nunca antes una mujer lo hizo en Colombia. Murió en Medellín sin dinero, soltera y sin hijos a la edad de 80 años.
Porque Antioquia la seguimos construyendo entre todos y todas.
CESAR GAVIRIA
César Gaviria Trujillo (Pereira, 31 de marzo de 1947) es un economista y político colombiano, presidente de Colombia de 1990 a 1994, Secretario General de la Organización de los Estados Americanos de 1994 a 2004 y Director Nacional del Partido Liberal de 2005 al presente. Durante su mandato como Presidente fue convocada una Asamblea Nacional Constituyente que promulgó la Constitución de Colombia de 1991.
Es hijo de Byron Gaviria Londoño y Mélida Trujillo Trujillo. Casado con Ana Milena Muñoz Gómez, con quien tiene dos hijos: Simón (hoy congresista) y María Paz Gaviria Muñoz.
La hermana de Cesar Gaviria, Liliana Gaviria, fue asaltada y asesinada por varios hombres el jueves 27 de Abril del 2006. Se dice que ella fue interceptada cuando llegaba a su casa y tras un intercambio de fuego entre su guardespaldas y sus atacantes, fue herida mortalmente. Su cuerpo fue encontrado a 3 kilómetros de su residencia.
Tabla de contenidos[ocultar]
1 Trayectoria
1.1 Carrera política temprana
2 Presidente de Colombia
2.1 Principales políticas
3 Secretaría de la O. E. A.
4 Dirección del Partido Liberal
5 Referencias
6 Véase también
7 Enlaces externos
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Trayectoria [editar]
Gaviria estudió economía en la Universidad de Los Andes. De regreso a su ciudad natal inició su carrera política y dirigió el diario La Tarde de Pereira.
Carrera política temprana [editar]
Gaviria entró desde temprano a la política ocupando varios cargos, primero en su natal Pereira donde fue jefe de Planificación en Risaralda y asistente del Departamento Nacional de Planificación (1970 a 1971) y concejal de Pereira (1970 a 1974). Fue nombrado alcalde de Pereira, cargo que ejerció entre 1975 y 1976. Desde un principio se vinculó al Partido Liberal.
Desde 1974 fue elegido miembro de la Cámara de Representantes de Colombia en representación de Risaralda, corporación de la cual llegó a ser presidente en 1983. Durante la administración de Julio César Turbay Ayala (1978-1982), Gaviria ingresó a la política nacional como viceministro de Desarrollo Económico.
El presidente Virgilio Barco Vargas lo nombró Ministro de Hacienda en 1986, cargo que desempeñó hasta 1987 cuando pasó a la cartera de Gobierno. Como Ministro de Hacienda presentó dos importantes proyectos al Congreso: el de reforma Agraria y el de reforma Tributaria. Luego, como Ministro de Gobierno presentó ante el Congreso el proyecto de Reforma Constitucional. Estas reformas políticas, así como la vocería del gobierno cuando actuaba como Ministro Delegatario durante las salidas del país del Presidente Barco, le dieron un perfil de estadista.
Presidente de Colombia [editar]
Presidentes de Colombia
Gran Colombia
Nueva Granada
Confederación Granadina
Estados Unidos de Colombia
República de Colombia
Gaviria renunció al gabinete del presidente Barco para asumir como Jefe de Debate del precandidato liberal Luis Carlos Galán Sarmiento. Cuando Galán fue asesinado en 1989, su hijo Juan Manuel pidió a Gaviria continuar con las banderas del galanismo. Aún cuando Gaviria no había pertenecido al movimiento Nuevo Liberalismo, fundado por Galán, la mayor parte de los seguidores del desaparecido líder apoyaron a Gaviria para la carrera presidencial de 1990.
Ganando la consulta interna del Partido Liberal ante rivales de la talla de Hernando Durán Dussán y Ernesto Samper, Gaviria derrotó a los candidatos Álvaro Gómez Hurtado del Movimiento de Salvación Nacional, Antonio Navarro Wolff de la Alianza Democrática M-19 y Rodrigo Lloreda Caicedo del Partido Social Conservador en una contienda electoral manchada por la violencia promovida por narcotraficantes, que cobró la vida, además de la de Galán, de los precandidatos presidenciales de izquierda Carlos Pizarro León-Gómez y Bernardo Jaramillo y en la que el propio Gaviria fue amenazado de muerte.
Las elecciones para los delegatarios a la Asamblea Constituyente fueron el 9 de diciembre de 1990, día en el que Gaviria, por medio de su Ministro de Defensa Rafael Pardo ordenó la toma del hasta entonces santuario de las FARC en Casa Verde, municipio de La Uribe (Meta).
La Asamblea Nacional Constituyente, reunida en 1991 promulgó tras varios meses de sesión la Constitución Política de Colombia, vigente actualmente. Durante las sesiones, el gobierno estuvo representado por el ministro de Gobierno de Gaviria Humberto de La Calle Lombana.
Principales políticas [editar]
En materia económica, el gobierno de Gaviria es recordado por una apertura económica de tinte neoliberal y liderada por su Ministro de Hacienda Rudolf Hommes. Si bien la apertura comenzó gradualmente en el gobierno predecesor, desde los inicios de su gobierno Gaviria aumentó el ritmo de la apertura, con resultados que marcaron definitivamente la historia económica del país.
Gaviria introdujo varias reformas. Además de la reforma política reflejada por la nueva Constitución de 1991, durante su gobierno se impulsaron reformas en la seguridad social y el régimen laboral, reformas financieras y cambiarias, etc. Completó la reforma constitucional con una serie de reformas políticas, y en conjunto hubo una modernización de la legislación y un cambio estructural en las instituciones.
Durante su gobierno se desmovilizaron el Ejército Popular de Liberación, así como una fracción del Ejército de Liberación Nacional, hechos que contrastan con la suspensión de los diálogos con las FARC y la toma a sangre y fuego de Casa Verde.
Entre los problemas que Gaviria tuvo que enfrentar estuvo el recrudecimiento del narcoterrorismo de Pablo Escobar y Gonzalo Rodríguez Gacha, que culminó con la muerte de éste último en enfrentamientos con el ejército y el sometimiento a la justicia de Escobar junto con otros miembros del Cartel de Medellín. En el caso de Escobar, se adecuó la finca La Catedral que Escobar mismo había donado a la caridad, a modo de cárcel, pero ante las crecientes acusaciones de que Escobar continuaba delinquiendo desde esa prisión, se ordenó el traslado del capo narcotraficante quien huyó sin problemas. En esos momentos comenzó una búsqueda en medio de un recrudecimiento de la violencia cuando varios de los antiguos aliados de Escobar fundaron la organización Los PEPES (Perseguidos por Pablo Escobar), una organización ilegal que colaboró con el Bloque de Búsqueda, una unión de varios organismos de las fuerzas del orden de Colombia. Finalmente en 1993 Escobar fue localizado por medio de la inteligencia electrónica y abatido durante el operativo de su captura.
Otros problemas surgidos durante su mandato incluyen la baja en las reservas de agua que, agravadas por un Fenómeno del Niño condujeron a una reducción en la producción de energía hidroelectrica que se contrarrestó con una serie de apagones programados que duraron más de un año entre 1992 y 1993. Como medida para contrarrestar el apagón, el gobierno decretó el adelanto en una hora de la hora oficial colombiana, la cual pasó de UTC -5:00 a GMT-4:00 (coincidente con la hora de Venezuela) entre el 3 de mayo de 1992 y la medianoche del 3 de abril de 1993.[2] Gaviria pretendió continuar con esta hora adelantada, conocida informalmente como la Hora Gaviria, pero la oposición de varios sectores llevó al reintegro del huso horario tradicional.
Secretaría de la O. E. A. [editar]
En 1994, Gaviria fue elegido Secretario General de la OEA. Si bien su período en la secretaría inició justo después del término de su período presidencial en agosto de 1994, muchos critican que Gaviria, junto con su canciller Noemí Sanín, hizo campaña desde la presidencia.
Gaviria fue reelegido en la Secretaría de la OEA en 1999 y terminó su mandato en 2004.
Su gestión al frente de la OEA se caracterizó por la adopción de la Carta Democrática y el trabajo de mediación en conflictos electorales, entre los que se destacó la mediación entre noviembre de 2002 y mayo de 2003 de la crisis venezolana entre el presidente Hugo Chávez y la oposición.
Dirección del Partido Liberal [editar]
Gaviria regresó a Colombia a principios de 2005, reintegrándose a la política activa. En junio de 2005, durante el Segundo Congreso Nacional Liberal, Gaviria fue proclamado Director Nacional del Partido Liberal Colombiano bajo la premisa de promover la reunificación del partido como una alternativa viable de poder frente a las elecciones presidenciales de 2006; gracias a su jefatura regresaron destacados líderes como Rafael Pardo y Andrés González.
Gaviria se ha dedicado a reorganizar su Partido, el cual fue desmantelado de sus grandes nombres por el presidente actual de Colombia Álvaro Uribe Vélez, quien según Gaviria, se dedicó a acabar con el Partido llevándose a sus más destacados dirigentes; pero el ex presidente ha tenido que enfrentar una significativa oposición al interior de la colectividad debido a que su proyecto es el de llevar al centro de la palestra política al liberalismo, mientras un sector reclama que se mantenga la orientación socialdemócrata y de centro-izquierda. Así mismo, el ex Presidente pasó por alto las reglas de cuotas sectoriales al designar la Dirección Nacional Adjunta, lo que provocó que solamente dos meses después de designarla fuera declarada antiestatutaria.
En el Tercer Congreso Nacional Liberal, en abril de 2007, Gaviria fue ungido nuevamente como Director Nacional, si bien está vez no fue por aclamación, aunque obtuvo poco más del 70% de los votos. En el actual proceso de otorgamiento de avales para las elecciones de octubre de 2007, el ex presidente ha recibido fuertes críticas por la manera como ha concedido el respaldo oficial del Partido en departamentos como Risaralda, Cundinamarca, Antioquia y Guajira, así como la demora para definir las candidaturas en otros como en el Atlántico; debido a esta situación, la oposición interna a la dirección de Gaviria ya no solo está representada en la senadora Piedad Córdoba, su más fuerte crítica interna desde 2005, sino que dirigentes como Amylkar Acosta, Iván Marulanda Gómez, Yolanda Pinto de Gaviria, Jaime Castro y Hugo Serrano Gómez han conformado un bloque que exige la revisión en la forma como Gaviria maneja actualmente al partido con miras a las elecciones de octubre.
Es hijo de Byron Gaviria Londoño y Mélida Trujillo Trujillo. Casado con Ana Milena Muñoz Gómez, con quien tiene dos hijos: Simón (hoy congresista) y María Paz Gaviria Muñoz.
La hermana de Cesar Gaviria, Liliana Gaviria, fue asaltada y asesinada por varios hombres el jueves 27 de Abril del 2006. Se dice que ella fue interceptada cuando llegaba a su casa y tras un intercambio de fuego entre su guardespaldas y sus atacantes, fue herida mortalmente. Su cuerpo fue encontrado a 3 kilómetros de su residencia.
Tabla de contenidos[ocultar]
1 Trayectoria
1.1 Carrera política temprana
2 Presidente de Colombia
2.1 Principales políticas
3 Secretaría de la O. E. A.
4 Dirección del Partido Liberal
5 Referencias
6 Véase también
7 Enlaces externos
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Trayectoria [editar]
Gaviria estudió economía en la Universidad de Los Andes. De regreso a su ciudad natal inició su carrera política y dirigió el diario La Tarde de Pereira.
Carrera política temprana [editar]
Gaviria entró desde temprano a la política ocupando varios cargos, primero en su natal Pereira donde fue jefe de Planificación en Risaralda y asistente del Departamento Nacional de Planificación (1970 a 1971) y concejal de Pereira (1970 a 1974). Fue nombrado alcalde de Pereira, cargo que ejerció entre 1975 y 1976. Desde un principio se vinculó al Partido Liberal.
Desde 1974 fue elegido miembro de la Cámara de Representantes de Colombia en representación de Risaralda, corporación de la cual llegó a ser presidente en 1983. Durante la administración de Julio César Turbay Ayala (1978-1982), Gaviria ingresó a la política nacional como viceministro de Desarrollo Económico.
El presidente Virgilio Barco Vargas lo nombró Ministro de Hacienda en 1986, cargo que desempeñó hasta 1987 cuando pasó a la cartera de Gobierno. Como Ministro de Hacienda presentó dos importantes proyectos al Congreso: el de reforma Agraria y el de reforma Tributaria. Luego, como Ministro de Gobierno presentó ante el Congreso el proyecto de Reforma Constitucional. Estas reformas políticas, así como la vocería del gobierno cuando actuaba como Ministro Delegatario durante las salidas del país del Presidente Barco, le dieron un perfil de estadista.
Presidente de Colombia [editar]
Presidentes de Colombia
Gran Colombia
Nueva Granada
Confederación Granadina
Estados Unidos de Colombia
República de Colombia
Gaviria renunció al gabinete del presidente Barco para asumir como Jefe de Debate del precandidato liberal Luis Carlos Galán Sarmiento. Cuando Galán fue asesinado en 1989, su hijo Juan Manuel pidió a Gaviria continuar con las banderas del galanismo. Aún cuando Gaviria no había pertenecido al movimiento Nuevo Liberalismo, fundado por Galán, la mayor parte de los seguidores del desaparecido líder apoyaron a Gaviria para la carrera presidencial de 1990.
Ganando la consulta interna del Partido Liberal ante rivales de la talla de Hernando Durán Dussán y Ernesto Samper, Gaviria derrotó a los candidatos Álvaro Gómez Hurtado del Movimiento de Salvación Nacional, Antonio Navarro Wolff de la Alianza Democrática M-19 y Rodrigo Lloreda Caicedo del Partido Social Conservador en una contienda electoral manchada por la violencia promovida por narcotraficantes, que cobró la vida, además de la de Galán, de los precandidatos presidenciales de izquierda Carlos Pizarro León-Gómez y Bernardo Jaramillo y en la que el propio Gaviria fue amenazado de muerte.
Las elecciones para los delegatarios a la Asamblea Constituyente fueron el 9 de diciembre de 1990, día en el que Gaviria, por medio de su Ministro de Defensa Rafael Pardo ordenó la toma del hasta entonces santuario de las FARC en Casa Verde, municipio de La Uribe (Meta).
La Asamblea Nacional Constituyente, reunida en 1991 promulgó tras varios meses de sesión la Constitución Política de Colombia, vigente actualmente. Durante las sesiones, el gobierno estuvo representado por el ministro de Gobierno de Gaviria Humberto de La Calle Lombana.
Principales políticas [editar]
En materia económica, el gobierno de Gaviria es recordado por una apertura económica de tinte neoliberal y liderada por su Ministro de Hacienda Rudolf Hommes. Si bien la apertura comenzó gradualmente en el gobierno predecesor, desde los inicios de su gobierno Gaviria aumentó el ritmo de la apertura, con resultados que marcaron definitivamente la historia económica del país.
Gaviria introdujo varias reformas. Además de la reforma política reflejada por la nueva Constitución de 1991, durante su gobierno se impulsaron reformas en la seguridad social y el régimen laboral, reformas financieras y cambiarias, etc. Completó la reforma constitucional con una serie de reformas políticas, y en conjunto hubo una modernización de la legislación y un cambio estructural en las instituciones.
Durante su gobierno se desmovilizaron el Ejército Popular de Liberación, así como una fracción del Ejército de Liberación Nacional, hechos que contrastan con la suspensión de los diálogos con las FARC y la toma a sangre y fuego de Casa Verde.
Entre los problemas que Gaviria tuvo que enfrentar estuvo el recrudecimiento del narcoterrorismo de Pablo Escobar y Gonzalo Rodríguez Gacha, que culminó con la muerte de éste último en enfrentamientos con el ejército y el sometimiento a la justicia de Escobar junto con otros miembros del Cartel de Medellín. En el caso de Escobar, se adecuó la finca La Catedral que Escobar mismo había donado a la caridad, a modo de cárcel, pero ante las crecientes acusaciones de que Escobar continuaba delinquiendo desde esa prisión, se ordenó el traslado del capo narcotraficante quien huyó sin problemas. En esos momentos comenzó una búsqueda en medio de un recrudecimiento de la violencia cuando varios de los antiguos aliados de Escobar fundaron la organización Los PEPES (Perseguidos por Pablo Escobar), una organización ilegal que colaboró con el Bloque de Búsqueda, una unión de varios organismos de las fuerzas del orden de Colombia. Finalmente en 1993 Escobar fue localizado por medio de la inteligencia electrónica y abatido durante el operativo de su captura.
Otros problemas surgidos durante su mandato incluyen la baja en las reservas de agua que, agravadas por un Fenómeno del Niño condujeron a una reducción en la producción de energía hidroelectrica que se contrarrestó con una serie de apagones programados que duraron más de un año entre 1992 y 1993. Como medida para contrarrestar el apagón, el gobierno decretó el adelanto en una hora de la hora oficial colombiana, la cual pasó de UTC -5:00 a GMT-4:00 (coincidente con la hora de Venezuela) entre el 3 de mayo de 1992 y la medianoche del 3 de abril de 1993.[2] Gaviria pretendió continuar con esta hora adelantada, conocida informalmente como la Hora Gaviria, pero la oposición de varios sectores llevó al reintegro del huso horario tradicional.
Secretaría de la O. E. A. [editar]
En 1994, Gaviria fue elegido Secretario General de la OEA. Si bien su período en la secretaría inició justo después del término de su período presidencial en agosto de 1994, muchos critican que Gaviria, junto con su canciller Noemí Sanín, hizo campaña desde la presidencia.
Gaviria fue reelegido en la Secretaría de la OEA en 1999 y terminó su mandato en 2004.
Su gestión al frente de la OEA se caracterizó por la adopción de la Carta Democrática y el trabajo de mediación en conflictos electorales, entre los que se destacó la mediación entre noviembre de 2002 y mayo de 2003 de la crisis venezolana entre el presidente Hugo Chávez y la oposición.
Dirección del Partido Liberal [editar]
Gaviria regresó a Colombia a principios de 2005, reintegrándose a la política activa. En junio de 2005, durante el Segundo Congreso Nacional Liberal, Gaviria fue proclamado Director Nacional del Partido Liberal Colombiano bajo la premisa de promover la reunificación del partido como una alternativa viable de poder frente a las elecciones presidenciales de 2006; gracias a su jefatura regresaron destacados líderes como Rafael Pardo y Andrés González.
Gaviria se ha dedicado a reorganizar su Partido, el cual fue desmantelado de sus grandes nombres por el presidente actual de Colombia Álvaro Uribe Vélez, quien según Gaviria, se dedicó a acabar con el Partido llevándose a sus más destacados dirigentes; pero el ex presidente ha tenido que enfrentar una significativa oposición al interior de la colectividad debido a que su proyecto es el de llevar al centro de la palestra política al liberalismo, mientras un sector reclama que se mantenga la orientación socialdemócrata y de centro-izquierda. Así mismo, el ex Presidente pasó por alto las reglas de cuotas sectoriales al designar la Dirección Nacional Adjunta, lo que provocó que solamente dos meses después de designarla fuera declarada antiestatutaria.
En el Tercer Congreso Nacional Liberal, en abril de 2007, Gaviria fue ungido nuevamente como Director Nacional, si bien está vez no fue por aclamación, aunque obtuvo poco más del 70% de los votos. En el actual proceso de otorgamiento de avales para las elecciones de octubre de 2007, el ex presidente ha recibido fuertes críticas por la manera como ha concedido el respaldo oficial del Partido en departamentos como Risaralda, Cundinamarca, Antioquia y Guajira, así como la demora para definir las candidaturas en otros como en el Atlántico; debido a esta situación, la oposición interna a la dirección de Gaviria ya no solo está representada en la senadora Piedad Córdoba, su más fuerte crítica interna desde 2005, sino que dirigentes como Amylkar Acosta, Iván Marulanda Gómez, Yolanda Pinto de Gaviria, Jaime Castro y Hugo Serrano Gómez han conformado un bloque que exige la revisión en la forma como Gaviria maneja actualmente al partido con miras a las elecciones de octubre.
ERNESTO SAMPER
Carrera política [editar]
Miembro desde joven del Partido Liberal Colombiano, fue presidente de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (ANIF) desde 1974 hasta 1981. En 1982 el ex presidente Alfonso López Michelsen lo llama para que sea el gerente de su campaña por la reelección, pero salen derrotados por el conservador Belisario Betancur. Después de la campaña presidencial, inicia su carrera electoral, como diputado de Cundinamarca (1982–1984), Concejal de Bogotá (1982–1986) y miembro del Senado (1986–1990) en donde consolida al interior del liberalismo su movimiento del Frente Popular.
En 1990 se presenta como precandidato a la presidencia, pero finaliza tercero en la consulta popular de su partido, detrás del ganador César Gaviria Trujillo y del ex ministro Hernando Durán Dussán.
Ese mismo año es nombrado Ministro de Desarrollo por el presidente César Gaviria Trujillo; entre 1991 y 1993 se desempeña como embajador de Colombia en España, y regresa al país, para buscar nuevamente la candidatura de su partido. En la consulta popular, derrota al jurista y ex ministro de Gobierno Humberto de La Calle y al veterano dirigente Carlos Lemos Simmonds; los dos terminarían siendo sus vicepresidentes (entre 1994 y 1997, y entre 1997 y 1998, respectivamente).
Presidente de Colombia [editar]
Presidentes de Colombia
Gran Colombia
Nueva Granada
Confederación Granadina
Estados Unidos de Colombia
República de Colombia
En las elecciones presidenciales de mayo de 1994, consiguió el paso a la segunda vuelta, junto con el candidato conservador Andrés Pastrana, a quien terminó derrotando. En 1995 se inició una investigación y un proceso judicial conocido como proceso 8.000, al ser acusado de haber utilizado dinero procedente del narcotráfico para financiar su campaña electoral. A diferencia de otros países, donde es una alta corte quien juzga al presidente, en Colombia el juez natural del Primer Mandatario es el Congreso. De tal forma, el Presidente Samper fue exonerado por el Congreso de la República de todos los cargos formulados en una decisión que muchos considran equivocada. Adicionalmente, el ex gerente de la campaña (posteriormente ministro de Defensa) y el ex tesorero de la campaña, Fernando Botero Zea y Santiago Medina respectivamente, fueron encarcelados y posteriormente juzgados por haber sido los autores de los delitos de lavados de activos y hurto agravado. Sin embargo, aunque se ha documentado totalmente que dineros ilícitos de diversos carteles de la droga entraron a la campaña, Samper, como cabeza de la misma, siempre negó su responsabilidad y nunca se encontró una "prueba reina" que diera la razón a quienes lo consideraron culpable.
Durante su gobierno también ocurrió el escándalo del miti-miti en el que a dos funcionarios del gobierno de Ernesto Samper les interceptaron una llamada telefónica en medio de una adjudicación de frecuencias de radio. Los funcionarios involucrados eran los entonces ministros de Comunicaciones, Saulo Arboleda, y de Minas, Rodrigo Villamizar.[2]
Principales políticas [editar]
El gobierno de Ernesto Samper pretendió establecer algunas políticas sociales. Bajo la tutela de Samper, se crearon proyectos como: la Red de Solidaridad Social, destinada a proveer educación, subsidios y alimentos a la población desprotegida; el SISBEN, o Sistema de Identifiación de Necesidades Básicas Insatisfechas, mediante el cual, se llevó el servicio público de salud a más de 12 millones de colombianos, y un ambicioso programa de sustitución de cultivos ilícitos llamado el PLANTE.
Además, debido a la presión norteamericana, que aprovechó la acusación y las pruebas del anterior rival a la presidencia de las elecciones, Andrés Pastrana, (quien sería posteriormente elegido presidente de la República de Colombia), sobre la infiltración de dineros del narcotráfico para apoyar la candidatura de Samper, se inició bajo su mandato una lucha contra los carteles del narcotráfico. Esta lucha concluyó en el completo desmantelamiento del denominado Cartel de Cali (una de las organizaciones narcotraficantes y criminales más perseguidas del mundo, que paradójicamente había financiado la llegada del mismo Samper a la presidencia) y la expedición de medidas como la extinción de bienes obtenidos con dineros ilícitos y la extradición a los Estados Unidos de los principales capos del narcotráfico. El fenómeno del narcotráfico no se afectó ni disminuyo debido a la eliminación de dicho cartel, pero si ocurrió un cambio en la localización geográfica y política, así como en las jerarquías mafiosas que controlan dicho tráfico ilegal internamente en Colombia
Miembro desde joven del Partido Liberal Colombiano, fue presidente de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (ANIF) desde 1974 hasta 1981. En 1982 el ex presidente Alfonso López Michelsen lo llama para que sea el gerente de su campaña por la reelección, pero salen derrotados por el conservador Belisario Betancur. Después de la campaña presidencial, inicia su carrera electoral, como diputado de Cundinamarca (1982–1984), Concejal de Bogotá (1982–1986) y miembro del Senado (1986–1990) en donde consolida al interior del liberalismo su movimiento del Frente Popular.
En 1990 se presenta como precandidato a la presidencia, pero finaliza tercero en la consulta popular de su partido, detrás del ganador César Gaviria Trujillo y del ex ministro Hernando Durán Dussán.
Ese mismo año es nombrado Ministro de Desarrollo por el presidente César Gaviria Trujillo; entre 1991 y 1993 se desempeña como embajador de Colombia en España, y regresa al país, para buscar nuevamente la candidatura de su partido. En la consulta popular, derrota al jurista y ex ministro de Gobierno Humberto de La Calle y al veterano dirigente Carlos Lemos Simmonds; los dos terminarían siendo sus vicepresidentes (entre 1994 y 1997, y entre 1997 y 1998, respectivamente).
Presidente de Colombia [editar]
Presidentes de Colombia
Gran Colombia
Nueva Granada
Confederación Granadina
Estados Unidos de Colombia
República de Colombia
En las elecciones presidenciales de mayo de 1994, consiguió el paso a la segunda vuelta, junto con el candidato conservador Andrés Pastrana, a quien terminó derrotando. En 1995 se inició una investigación y un proceso judicial conocido como proceso 8.000, al ser acusado de haber utilizado dinero procedente del narcotráfico para financiar su campaña electoral. A diferencia de otros países, donde es una alta corte quien juzga al presidente, en Colombia el juez natural del Primer Mandatario es el Congreso. De tal forma, el Presidente Samper fue exonerado por el Congreso de la República de todos los cargos formulados en una decisión que muchos considran equivocada. Adicionalmente, el ex gerente de la campaña (posteriormente ministro de Defensa) y el ex tesorero de la campaña, Fernando Botero Zea y Santiago Medina respectivamente, fueron encarcelados y posteriormente juzgados por haber sido los autores de los delitos de lavados de activos y hurto agravado. Sin embargo, aunque se ha documentado totalmente que dineros ilícitos de diversos carteles de la droga entraron a la campaña, Samper, como cabeza de la misma, siempre negó su responsabilidad y nunca se encontró una "prueba reina" que diera la razón a quienes lo consideraron culpable.
Durante su gobierno también ocurrió el escándalo del miti-miti en el que a dos funcionarios del gobierno de Ernesto Samper les interceptaron una llamada telefónica en medio de una adjudicación de frecuencias de radio. Los funcionarios involucrados eran los entonces ministros de Comunicaciones, Saulo Arboleda, y de Minas, Rodrigo Villamizar.[2]
Principales políticas [editar]
El gobierno de Ernesto Samper pretendió establecer algunas políticas sociales. Bajo la tutela de Samper, se crearon proyectos como: la Red de Solidaridad Social, destinada a proveer educación, subsidios y alimentos a la población desprotegida; el SISBEN, o Sistema de Identifiación de Necesidades Básicas Insatisfechas, mediante el cual, se llevó el servicio público de salud a más de 12 millones de colombianos, y un ambicioso programa de sustitución de cultivos ilícitos llamado el PLANTE.
Además, debido a la presión norteamericana, que aprovechó la acusación y las pruebas del anterior rival a la presidencia de las elecciones, Andrés Pastrana, (quien sería posteriormente elegido presidente de la República de Colombia), sobre la infiltración de dineros del narcotráfico para apoyar la candidatura de Samper, se inició bajo su mandato una lucha contra los carteles del narcotráfico. Esta lucha concluyó en el completo desmantelamiento del denominado Cartel de Cali (una de las organizaciones narcotraficantes y criminales más perseguidas del mundo, que paradójicamente había financiado la llegada del mismo Samper a la presidencia) y la expedición de medidas como la extinción de bienes obtenidos con dineros ilícitos y la extradición a los Estados Unidos de los principales capos del narcotráfico. El fenómeno del narcotráfico no se afectó ni disminuyo debido a la eliminación de dicho cartel, pero si ocurrió un cambio en la localización geográfica y política, así como en las jerarquías mafiosas que controlan dicho tráfico ilegal internamente en Colombia
sábado, 10 de mayo de 2008
ALFONSO LOPEZ MICHELSEN
Político liberal, presidente de la República entre 1974 y 1978, nacido en Bogotá, el 30 de junio de 1913. Hijo del ex presidente liberal Alfonso López Pumarejo y de María Michelsen, Alfonso López Michelsen cursó sus primeros estudios en el Gimnasio Moderno de Bogotá: Luego estudió en el colegio Saint Michel de Bruselas, en el Liceo Francés de Londres y en la ciudad de Lille (Francia), donde obtuvo su título de bachiller. Recibió el título de abogado en el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, con la tesis "La posesión inscrita". Después, en la Universidad de Santiago de Chile se especializó en el Código Bello; en la Universidad de Georgetown, en Washington, en Derecho Público y Constitucional; y finalmente, recibió en 1938 el título de doctor en Jurisprudencia del Colegio del Rosario, con la tesis "La posesión en el Código de Bello". El 23 de septiembre de 1938 contrajo matrimonio con Cecilia Caballero Blanco, con quien tiene tres hijos: Alfonso, Juan Manuel y Felipe. Ese mismo año obtuvo su primer cargo público, al ser elegido concejal del municipio de Engativá, junto con Alvaro Gómez Hurtado y Julio César Turbay Ayala. Su condición de hijo del presidente López Pumarejo limitó su intervención en la política colombiana; su actividad partidista y de estadista estará siempre marcada por el signo de la contradicción. A1 ser relegada de la actividad política, dictó la cátedra de Derecho Constitucional en las Universidades Nacional, Libre y en el Colegio del Rosario. A raíz de los sucesos de septiembre de 1952, la casa de su padre en Bogotá fue incendiada, y él con toda su familia tuvo que exiliarse en México, donde vivió casi ocho años. Durante esta época escribió Introducción al estudio de la Constitución de Colombia(1942), La estirpe calvinista de nuestras instituciones (1946) y su novela Los elegidos, publicada en México por ediciones Guaranía en 1953, sobre el poder que ejerce una clase privilegiada en el gobierno de un país y las consecuencias de este dominio; la novela fue llevada al cine en una coproducción colombo-soviética. A su regreso a Colombia, en 1960, López Michelsen fundó el Movimiento Revolucionario Liberal (MRL), como expresión de rebeldía y con el propósito de resguardar al liberalismo de los riesgos que implicaba la instauración del bipartidismo en el poder. Ese mismo año, en su primera aparición como partido político, el MRL obtuvo 354.560 votos para la Cámara de Representantes, asambleas y concejos, y López salió elegido para la Cámara por Cundinamarca, para el período 1960-1962. En 1962, a pesar de que constitucionalmente le correspondía el turno a un dirigente conservador, López Michelsen se presentó como candidato a la Presidencia de la República para el cuatrienio que se iniciaba ese año, cuando resultó elegido Guillermo León Valencia. Este tipo de actitudes generó una aguda división en el liberalismo. En 1964, el MRL. fue dividido a las elecciones para corporaciones públicas. La llamada línea blanda fue encabezada por López, que obtuvo 381 847 votos; mientras que la línea dura, dirigida por Alvaro Uribe Rueda, obtuvo 21.219 votos. En 1968 el MRL dejó de existir por la «similitud de sus programas con los que pone en práctica el presidente Carlos Lleras». Subsistió, sin embargo, una fracción denominada MRL del Pueblo, que obtuvo 55 984 votos en las elecciones en las que Carlos Lleras Restrepo fue elegido. Después de efectuada la reunificación liberal, durante la administración de Lleras Restrepo, López Michelsen aceptó ser el primer gobernador del nuevo departamento del Cesar, entre 1967 y 1968; y después ministro de Relaciones Exteriores, entre 1968 y 1970, desde donde le correspondió la creación del Grupo Regional Andino y el estudio de las reformas a la constitución de la Organización de Naciones Unidas (ONU). Su presencia en un gobierno del Frente Nacional fue muy significativa, ya que se había opuesto a la política de alternación del poder. En 1973 su nombre fue presentado a la Convención Liberal para ser considerado como posible candidato a la Presidencia de la República para el período 1974-1978. Después de una disputa con Carlos Lleras Restrepo, quien buscaba la reelección, López resultó elegido por la Convención como el candidato oficial. Frente al candidato conservador, Alvaro Gómez Hurtado, López fue elegido presidente de la República por 2 929 719 votos. En su discurso de posesión, el 7 de agosto de 1974, prometió al país «cerrar la brecha» entre la población campesina y urbana, trabajar por mejorar la situación del cincuenta por ciento más pobre de la población, y promover el cambio. Esta fue la tesis principal de su campaña electoral, que llamó el "Mandato claro".
Durante su administración, López Michelsen decretó la emergencia económica para corregir el déficit fiscal, estableciendo un control de gastos de los institutos descentralizados; eliminación de subsidios y reducción del Certificado de Abono Tributario (CAT). Realizó la reforma tributaria y fiscal; estableció el impuesto de ganancia ocasional; triplicó el ahorro nacional; la inversión pública aumentó en un 61% y se incrementaron las exportaciones. A pesar de las medidas encaminadas a detener la inflación, ésta alcanzó el índice más alto de la historia. Por otra parte, López fortaleció las condiciones internas de la economía campesina para retener a esta población en su medio, logrando un aumento del 16% en la producción agrícola. Otorgó 986 títulos y se firmaron 4700 contratos de asignación de tierras; y el crédito agropecuario ascendió a 21 mil millones de pesos. Creó el Instituto Colombiano de Hidrología, Meteorología y Adecuación de Tierras (HIMAT), y el Instituto Colombiano de la Reforma Agraria (INCORA) recibió los distritos de riego. Se aumentó en un 200% el salario mínimo en el campo y en la ciudad; se otorgó personería jurídica a 1100 sindicatos; se aumentó en un 40% la capacidad de energía eléctrica; se cambió la figura de "concesión" por la de "asociación" para la exploración petrolera; se construyeron gasoductos y oleoductos por 69 millones de dólares; se estructuró un plan de generación de energía de 2800 millones de dólares; se realizaron planes de vivienda para 246 mil familias; se destinaron 15 412 millones de pesos a planes de salud y se abrieron 30 nuevos hospitales; se destinaron 58 mil millones de pesos para la educación; se creó un millón de cupos para los cuatro niveles educativos; se invirtieron 2706 millones de pesos en construcciones escolares; se destinaron 6643 millones de pesos para vías de comunicación y 1432 millones para mejorar los puertos marítimos: Además, hubo bonanza cafetera y se abrió la carrera militar para la mujer. En política internacional, López sostuvo reuniones con el ex presidente Carlos Andrés Pérez, de Venezuela; Omar Torrijos, de Panamá; y con los presidentes Gerald Ford y Jimmy Carter, de los Estados Unidos. En 1977 participó en una conferencia hemisférica de mandatarios con motivo de la firma del nuevo Tratado del Canal de Panamá. Recibió al presidente de México, José López Portillo; al de Jamaica, Michael Mandley; al secretario de Estado de los Estados Unidos, Henry Kissinger; y al rey Juan Carlos de España. Se firmaron tratados de delimitación de áreas marinas y submarinas con Ecuador, Panamá, Costa Rica, República Dominicana y Haití. También durante su mandato tuvo que afrontar delicados hechos como un paro nacional, el 17 de septiembre de 1977, efectuado con apoyo de todas las centrales obreras, que dejó un trágico saldo y obligó al gobierno a hacer uso del toque de queda y a acudir a la legislación del estado de sitio; y el paro médico del Seguro Social, que se prolongó durante 50 días. Críticos de su gobierno como Gerardo Molina opinaban: «La [administración] que se anunció como dispuesta a cerrar la brecha entre ricos y pobres y entre regiones prósperas y regiones miserables, ayuda a comprender el insondable desasosiego en que vivimos hoy [...] Ahí están, sobre todo, la inflación, el desempleo y los ataques a la moral pública, a los que no son ajenas personas allegadas a las esferas del alto gobierno, para acabar de establecer la situación de una comunidad que se debate inútilmente en busca de una salida que no se puede hallar a través de los parajes habituales». En 1982 aspiró nuevamente a la Presidencia de la República, luego de ser lanzado oficialmente en la Convención Liberal realizada en Medellín en septiembre de 1981, pero fue derrotado por el candidato del conservatismo Belisario Betancur. Desde entonces ha actuado como jefe del liberalismo. Como escritor y tratadista, agudo y observador, López Michelsen ha tocado temas históricos y políticos en libros como Cuestiones colombianas (ensayos, 1955); Los últimos días de López (1961), donde relata los días finales de su padre; El Estado fuerte, una introducción al estudio de la Constitución de Colombia (1966); La Real Audiencia y el Derecho Público en Colombia; La generación del Centenario; Por qué se perdió Panamá; Esbozos y atisbos (1980), donde hace las semblanzas de importantes personajes nacionales; Con mis propios ojos: críticas, crónicas, entrevistas y discursos 1953-1982 (1982); y El quehacer literario (1989), entre otros. Además, escribió en el semanario In Calle, y regularmente expresa sus opiniones en artículos publicados en diferentes periódicos de circulación nacional [Ver tomo 2, Historia, pp. 595600].
LUZ STELLA TOCANCIPÁ
Bibliografía
GOMEZ BUENDIA, HERNANDO Alfonso López Michelsen: un examen crftico de su pensamiento y de su obra de gobierno. Bogotá, Tercer Mundo, 1978. LOPEZ MICHELSEN, ALFONSO Obras selectas, 4 tomos. Bogotá, Cámara de Representantes, 1985. MENDOZA GARCIA, APULEYO. Los retos del poder: carta abierta a los expresidentes colombianos. Bogotá, Intermedio Editores, 1991. ROMERO, FLOR López polémico y polemista. Bogotá, Intermedio Editores, 1989.
Esta biografía fue tomada de la Gran Enciclopedia de Colombia del Círculo de Lectores, tomo de biografías.
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